Esta no será una temporada normal

Carles Pérez y Griezmann, los autores de los tres primeros goles, se felicitan

Carles Pérez y Griezmann, los autores de los tres primeros goles, se felicitan / David Ramírez

Albert Masnou

Albert Masnou

Los desastres en Turín, Roma y finalmente en Liverpool colmaron la paciencia de los gestores del club, indignados con la indolencia del vestuario, y de casos como el de Luis Suárez, que se operó antes de la Copa del Rey para irse a la Copa América. La respuesta al balance de las últimas temporadas ha sido la de hacer caso omiso a las peticiones del vestuario -las primeras en la historia que se sepa- en materia de fichajes. Griezmann no era del agrado; Neymar sí. Acaba el mercado y las incorporaciones no son las deseadas por el vestuario. Una fractura que debía servir para despertar a un grupo acusado de inacción en los momentos más importantes de la temporada. El reto inicial era este: Provocar una crisis para revolucionar al equipo, para sacarlo de su zona de confort en la que ganaba Ligas y Copas pero que fallaba en Europa, picarlo, despertarlo para que demostrase el porqué de su elevada masa salarial. 

“Después de las grandes crisis llegan las grandes victorias”. Así era el razonamiento de una directiva cuyo presidente quiere irse de la entidad por la puerta grande, con otra Champions. El ejemplo era Anoeta. Una gran crisis que acabó con el triplete. Veremos si ocurre lo mismo. De momento, ir en contra de los deseos del vestuario ha aumentado la tensión que se ha visto reflejada en el juego durante los primeras semanas de la temporada. Hasta ahora, caras largas, lesionados, malos resultados... Esta no será una temporada normal. En absoluto. Empieza después de un verano  movido en el que se ha contratado a cuatro jugadores y, a última hora, se han dado algunos pasos para fichar a Neymar. Solo algunos.