Dembélé es un problema, pero Messi es la gran solución

Dembélé es un problema para el Barça. Un grave problema. Como lo fue Coutinho. El brasileño, de momento, deambula exiliado en el Bayern. Pero mucho me temo que volverá... Y el francés, de lesión en lesión hasta la desesperación. Entre los dos, más de 400 millones de euros (105+40 Dembélé y 120+40 Coutinho) tirados. Porque ningún equipo querrá pagar por ellos lo que se gastó el club blaugrana. No tienen futuro en el Camp Nou. Pero difícilmente encontrarán salida. Lo dicho, un problema. Y de los gordos.

Valverde apostó este miércoles por Dembélé en detrimento de un Griezmann que se quedó en el banquillo. El extremo francés se mostró eléctrico en todas sus acciones. pero solo duró 24 minutos. Hasta que su musculatura volvió a romperse. Ya son nueve las lesiones que ha sufrido desde que fichó por el Barça hace poco más de dos años. Un futbolista con mucho talento pero 'fabricado' en cristal. Un futbolista que está pagando su mala preparación física y su poca rigurosa vida personal. Y eso, sin duda, resulta imperdonable.

Messi volvió a echarse el equipo a la espalda con otra gran actuación

Dembélé salió del campo llorando. Y en su lugar entró un Griezmann que rápidamente se activó. Pero, como siempre, el gran protagonista fue Messi. En su partido número 700 con la camiseta blaugrana, el crack argentino volvió a echarse el equipo a la espalda asumiendo la responsabilidad. El mejor jugador del mundo y de la historia sentenció el encuentro (y la clasificación del Barça para los octavos de final de la Champions como primero de grupo) en apenas cinco minutos, con una asistencia a Luis Suárez y un gol.

El Barça mejoró mucho su rendimiento con respecto al desastroso partido ante el Leganés. La Champions, parece ser, motiva mucho más que jugar en Butarque. Pero el equipo todavía está lejos de una versión que le permita aspirar a ganar todos los títulos. A ver si los brotes verdes ante el Borussia Dortmund tienen continuidad...