De Coutinho a 'pouquinho'

Los números de la vergüenza de Coutinho (EN)

Los números de la vergüenza de Coutinho

Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Es el fichaje más caro de la historia del Barça. Entre pitos y flautas, ciento sesenta millones, que no se han pagado enteramente porque con el fracaso no se han activado algunos de esos pitos y flautas, entiéndanme, de los variables. En cualquier caso, un dineral. De todos modos, esto es fútbol y el auténtico fracaso es el deportivo. Hay fichajes en los que te puedes equivocar, pero con el de Coutinho, no. Así de claro. Por el precio, claro, pero sobre todo por el conocimiento que se debe tener de un futbolista que tenía 25 años cuando se le fichó, es decir, en la madurez de su carrera, contrastado nada más y nada menos que en la Premier League y en un equipo de las características del Liverpool. Aquí no caben sorpresas ni excusas. Ha de salir bien y si no, los que han de salir son los que le ficharon... Y por la puerta de atrás, del Barça, laro. 

CUESTIÓN DE ENCAJE

El caso es que Coutinho no ha podido salir peor. Los técnicos del Barça, y no me refiero únicamente a Valverde, que algo tendría que ver pero no es el que ha de hacer el seguimiento ni los informes de un futuro fichaje, no analizaron todas las variantes de su juego. Y no vean ahí una conclusión ventajista, aunque es evidente que es a toro pasado. En este caso, no fueron pocos los que advirtieron de la problemática que significaba su encaje en el equipo. Y es que es, y debía ser, una evidencia que Coutinho no tiene velocidad ni desequilibrio para hacer de extremo tipo Neymar ni talento suficiente para hacer de Iniesta. Le queda la media punta, pero éste es terreno de Messi y a nadie debería extrañar que pronto saltaran las alarmas cuando advertimos que él y Leo se molestaban algunas veces en el campo. Mal asunto, malísimo. Y así, entre que nadie supo cómo solucionar el problema táctico y que la propia endeblez mental del jugador le bloqueó totalmente, fue cómo pasamos de Coutinho a Pouquinho, por lo de poco, nulo, rendimiento que ha dado. Esperemos que a la hora del inevitable traspaso, no sea ‘pouquinho’ lo que se ingrese por él...