De la Copa de Messi a la Copa de la locura

Dembélé en el Intercity - Barça de Copa

Dembélé en el Intercity - Barça de Copa / David Ramírez

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

La Copa fue el último título que Messi conquistó con el Barça. Aquel 17 de abril de 2021 nadie podía ni siquiera imaginar cómo iba a cambiar la historia del crack argentino y del club blaugrana en el siguiente año y medio. Messi es hoy la estrella del PSG y acaba de proclamarse, por fin, campeón del mundo con Argentina. Mientras, el Barça sigue intentando construir un nuevo proyecto sin el mejor futbolista del planeta. Parece que, de entrada, Messi ha salido ganando. Porque ha pasado de las tristes lágrimas de su despedida culé a la euforia de Qatar.

El Barça le echa de menos. Deportiva, institucional y económicamente. Ahora, más que nunca. Pero la historia no puede cambiarse. Y ya que el regreso del crack argentino está absolutamente descartado, no toca más remedio que acostumbrarse a su ausencia. Como están haciendo los socios y aficionados. Y como también hace el equipo, huérfano de un jugador capaz de decidir partidos con acciones tan inverosímiles como efectivas. No hay recambio en la plantilla para Messi. Lewandowski, por muchos goles que aporte, jamás será su relevo. Básicamente porque ese relevo ni existe ni existirá.

De todas formas, el Barça quiere volver a ganar títulos sin Messi. Lógicamente. Pero le está costando mucho más de lo esperado conseguirlo. La temporada pasada acabó en blanco. Y en esta ya se ha perdido la Champions. Por eso no puede menospreciarse ninguna competición. Xavi es consciente de ello. De ahí que se tomara tan en serio la eliminatoria de Copa ante el modesto Intercity de la Primera Federación.

Puso, de entrada, un equipo con seis teóricos titulares. Pero, aún así, sufrió para lograr la clasificación en un encuentro de auténtica locura. Hasta en tres ocasiones se adelantó en Barça y hasta en tres ocasiones permitió que los locales (con un ‘hat trick’ del héroe Soldevila) igualaran la contienda. Hasta que en la prórroga Ansu logró el gol de la victoria. Es el encanto de la Copa: cualquier rival de cualquier categoría puede poner en aprietos a un poderoso, incluso eliminarlo.

El Barça logró pasar a la ronda de octavos de final pero volvió a evidenciar carencias. En esta ocasión defensivas. Aunque, sin duda, lo mejor de la noche fue el regreso de Araujo tres meses y medio después de su lesión. El central, incluso, se permitió el lujo de marcar un gol. Es la imagen con la que nos tenemos que quedar de un encuentro que no pasará a la historia por el fútbol del Barça, pero si por la emoción del resultado. ¡Viva la Copa!