El Barça está obligado a reinventarse

Nikola Mirotic, ante el Real Madrid

Nikola Mirotic, ante el Real Madrid / EFE

Nacho Solozabal

Nacho Solozabal

LA ALEGRIA DURÓ MUY POCO

No siempre se gana al Madrid con un 3-0 tan inapelable. Pero la alegría por obtener un título tan preciado fue efímera. La ya conocida marcha de Mirotic fue un aperitivo del bombazo de la no renovación de Saras. Inesperada marcha de un técnico brillante que, pese a no haber ganado la Euroliga, había revolucionado al equipo y a la afición. Como es habitual, no sabemos los entresijos de la negociación.

Y, por tanto, todos acabamos especulando en si fue Saras quien forzó la máquina, o bien el Club entendió, como defiende su Presidente, que no están para gastar tanto. En todo caso, en un abrir y cerrar de ojos, el Barça pierde a sus referentes principales.

Una revolución que tiene un enorme impacto a nivel europeo y que el Barça deberá saber gestionar muy bien. De momento, Punter ha renovado por el Partizan. Pero el Barça debe fichar, y mucho, ya que hay más jugadores que abandonarán la plantilla. Kuric lo ha hecho, Tobey lo hará, y veremos si piezas como Higgins o Sanli, entre otros, también estarán entre los descartados.

En este escenario, y con el ajuste presupuestario que limita cualquier movimiento, parece evidente que el paradigma de contar con muchas estrellas en el equipo será imposible. Hay recelos entre los jugadores que podrían interesar, y tampoco se puede ofrecer lo que no se tiene. Encaje de bolillos.

Conocer muy bien el mercado y saber vender un producto Barça en horas bajas. Navarro tiene un papelón para cuadrar un equipo competitivo que ilusione a una afición ahora mismo bloqueada mentalmente. Aunque posiblemente el conjunto no contará con nombres estelares, esperemos que sí sea capaz de luchar por los máximos objetivos.

PRAGMATISMO AL PODER

Se entienden todos los enfados. Hay razones para ello. Pero no pueden durar eternamente. Hay que cambiar de chip. Estamos obligados a hacerlo. Y mejor no hacer comparaciones. Lo digo por todos los comentarios sobre la incorporación de Roger Grimau al banquillo blaugrana. Sin duda, una sorpresa.

Pero es una apuesta personal de la Directiva, arriesgada, que busca que un emblema del Club intente sacar al equipo del atolladero. Roger necesita complicidades. No es un técnico con experiencia en el mundo de la élite, ni de la ACB ni de la Euroliga, pero sí que sabe lo que significa moverse por ella.

Tampoco está acostumbrado a vérselas con un vestuario de este nivel, pero, por experiencia propia, conoce lo que pueden pensar sus jugadores. Estos le respetarán, pero ganará su confianza si logra convencerlos de que sabe sacar el máximo rendimiento de las posibilidades del grupo. Una dura tarea. Los resultados, como siempre, marcarán el futuro de la Sección. El Barça se sumerge en una encrucijada que genera muchas dudas. Las dificultades serán máximas y, por ello, es preciso no romper la baraja. No es el momento.