El Barça femenino sí que hace historia

El Barça celebra el gol contra el Chelsea

El Barça celebra el gol contra el Chelsea / David Ramírez

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que el Barça jugaba (y ganaba) finales de Champions. Fue la época más gloriosa de la historia del club, con el equipo más talentoso y poderoso de todos los tiempos. Se conquistaron cuatro títulos en diez temporadas (París’2006, Roma’2009, Londres’2011 y Berlín’2015). Con tres entrenadores diferentes (Rijkaard, Guardiola y Luis Enrique) pero con un denominador común: un fútbol espectacular. Aquellos años maravillosos, desgraciadamente, ya no volverán. Porque aquella generación de jugadores es única e irrepetible. Hay que asumir la dura realidad actual. El Barça se está reconstruyendo con el objetivo de volver a competir en Europa. Y lo está haciendo en unas circunstancias muy adversas. Lo cual lo hace todavía más difícil.

Pero, afortunadamente, a los culés les queda el extraordinario consuelo del Barça femenino, que ha tomado el relevo como estandarte continental. El equipo de Giráldez se clasificó este jueves para su tercera final de la Champions consecutiva (cuarta en cinco años) tras empatar con el Chelsea (1-1) en el Spotify Camp Nou. Las blaugranas quieren hacer más grande su leyenda con un segundo título (ganaron en 2021) que haga honor a su trascendencia social y futbolística. Ante 72.262 espectadores totalmente entregados a la causa, el Barça hizo bueno el 0-1 de la ida en Stamford Bridge y volvió a hacer historia. Ellas sí que son un ejemplo a seguir.

EL BARÇA DE LOS SOCIOS

El presidente Laporta y el vicepresidente económico Romeu quisieron enviar este jueves un mensaje contundente sobre los rumores de reconversión del Barça en sociedad anónima. “El Espai Barça es imprescindible para blindar el modelo de propiedad y seguir teniendo un equipo competitivo”, aseguraron. Y es que el gran temor que se alimenta desde ciertos sectores del entorno blaugrana es que esta junta directiva provoque con su gestión que el Barça deje de ser de sus socios y pase a manos de algún fondo de inversión. La firma del acuerdo de financiación del Espai Barça, por valor de 1.450 millones de euros, ha aumentado las sospechas en este sentido.

¿Y si no se consigue devolver semejante cantidad de dinero? Romeu intentó espantar ese miedo con explicaciones muy detallas de cómo se va a pagar con los nuevos ingresos generados en el Spotify Camp Nou (unos 247 millones de euros anuales “siendo prudentes”). Y dejó muy claras todas las líneas rojas que no se van a cruzar. La más importante: el modelo de propiedad no se toca.