Admirable y eterno Dani Alves

Dani Alves

Dani Alves / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

Ayer se hizo oficial el fichaje de Dani Alves por el Sao Paulo por tres temporadas, lo que quiere decir que cuando termine su contrato tendrá 38 años, después de haber militado en el Bahía, Sevilla, Barça, Juve, PSG y por supuesto en la selección de Brasil. Hoy ya es el jugador más laureado de la historia con 42 títulos, y el suyo es un caso de longevidad digna de estudio, pero es mucho más que un mito con muchos años a la espalda.

Si ha sido capaz de sobrevivir tantos años en la élite del fútbol y ser, por ejemplo, una pieza esencial del Barça de Guardiola que enamoró a medio mundo, ha sido sin duda por su extraordinaria personalidad, gracias a la cual ha sido capaz de pasearse por el finismo alambre de los grandes partidos, en los que siempre ha sacado a relucir lo mejor de su fútbol.

Porque cuanto más importante ha sido el partido, cuanto más trascendente el momento, cuanto más apurado ha estado su equipo, más alto ha sido su rendimiento, más impresionantes sus prestaciones. Ha sido un jugador extremadamente extrovertido, y su conducta en el campo, que siempre llevaba al límite la paciencia de sus propias aficiones, fue en realidad un reflejo de lo que siempre ha sido: un espíritu libre, que siempre ha interpretado el fútbol exactamente como le ha dado la gana.

Las biografías canónicas dicen que ha sido un lateral derecho, pero no hay una mentira más grande que encasillar a un futbolista que siempre desbordó todos los límites. Alves fue, es y será siempre un todoterreno, capaz de cualquier cosa, en cualquier momento. Su fuerza es de tal calibre que su marcha deja a menudo un vacío irrecuperable: ya hace cuatro temporadas que se fue de Barcelona y el Barça busca todavía su identidad perdida en la banda derecha.

Alves dejó huérfano al Barça, como ha ido dejando huérfanos a todos los equipos por donde ha pasado. La buena noticia es que, una vez más, se resiste a morir y ahora nos regalará tres años más. Bienvenida sea su eterna lucha contra el tiempo.