los origenes sobre ruedas

La primera matrícula de BCN tuvo dos coches

El primero fue un Berliet en el año 1903 que posteriormente se transfirió a un Hispano-Suiza en el año 1907.

pRIMER COCHE

El Hispano Suiza con la matrícula B-1 de 1907. / motor

Xavier Pérez

Xavier Pérez

El Automobile Barcelona celebra este año su primer siglo de existencia. En 100 años han pasado muchas cosas en el mundo del automóvil, pero no estaríamos hablando de todo ello si el run run de los motores no se hubiese instalado en la sociedad catalana de finales del siglo XIX.

Barcelona es automóvil. Siempre lo ha sido, aunque curiosamente, pese a que se daban todos los condicionantes industriales y de tradición, el primer coche que rodó en España no lo hizo aquí (fue un Panhard Levassor en 1881, en BCN el primero sería el de Francesc Bonet en 1889). Tampoco se matriculó el primer coche en Barcelona.

Ese honor lo tuvo un automóvil de Palma de Mallorca. Fue en el año 1900 y el hecho correspondía a la adaptación del “Reglamento para el Servicio de Coches Automóviles por Carretera” (que ya incluía la obligación de pasar una inspección industrial, una especie de ITV), un reglamento que fue aprobado ese mismo año. El PM-1 fue un Clement de 2,5 CV de potencia que se había importado desde Francia y era propiedad de un maquinista retirado de la Armada Española, Josep Sureda Fuentes.

Tras esta primera matriculación llegaron otras tres ese año (Cáceres, Salamanca y otro en Palma de Mallorca). En 1901 se matricularon 47 coches (36 de ellos en San Sebastián) y en 1902 ya fueron 93 coches (65 nuevamente en San Sebastián, beneficiados por la proximidad de la frontera francesa) No fue hasta los años 1909 y 1910 cuando las matriculaciones de Barcelona y Madrid superaron a las de San Sebastián.

El primer coche matriculado en Barcelona fue un Berliet, también importado de Francia, en el año 1903. La matrícula B-1 tuvo dos coches. La primera fue para lo que hoy llamaríamos un coche de segunda mano ya que su propietario, Ruperto Garriga (de la familia de la Banca Garriga y Nogués), lo compró en Francia y lo rematriculó en 1907 con la matrícula B-1. Garriga también tuvo el B-3 (otro Berliet), mientras que la matrícula B-2 era para un Panhard de Josefina Gayón. Posteriormente, Garriga se compró un Hispano Suiza fabricado en Barcelona al que le transfirió (antes se podía hacer) la matrícula B-1. Corría el año 1915. Cuando se estrenó el salón del automóvil en 1919 el último vehiculo matriculado era el B-4046.