Movilidad

Polestar y las nuevas formas de comprar un coche

Polestar inaugurará su primera tienda en Oslo, donde cambará la forma de interacción entre usuarios y fabricante.

Imagen de lo que podría ser el primer Polestar Space en Oslo.

Imagen de lo que podría ser el primer Polestar Space en Oslo. / POLESTAR

Àlex Soler

Àlex Soler

Polestar no es una marca más surgida para vender. La firma sueca, que ya ha empezado a producir los primeros prototipos funcionales del Polestar 1, su berlina híbrida y primer vehículo, nace con vocación de ser una marca sostenible de altas prestaciones que no solo venda coches, sino que introduzca nuevas formas de negocio y conceptos más allá del de 'propiedad'. Por ejemplo, el Polestar 1 partirá de los 155.000 dólares, 135.000 euros, para todo aquel que quiera hacerse con uno. No obstante, el fabricante también lo ofrecerá en un servicio de suscripción que aún no ha sido detallado.

Además, sus puntos de venta no serán concesionarios clásicos. Los Polestar Space serán un lugar donde se ofrecerá una experiencia de marca distinta que, como afirma la misma compañía, "cambiará la forma en que los usuarios interactúan con el fabricante". El primer Polestar Space que abra sus puertas se ubicará en Oslo y lo hará a mediados de 2019. La decisión de establecer el primer centro en Noruega no ha sido tomada al azar. "Noruega es uno de los mercados de vehículos eléctricos más importantes del mundo, es lógico comenzar estos nuevos espacios en Oslo", expone Thomas Ingenlath, CEO de Polestar. La marca quiere expandir su red de Polestar Space y haber abierto apróximadamente 60 tiendas en todo el mundo en 2020.

La transformación de la experiencia de propiedad

Las marcas y nuevos actores en el sector de la automoción, como las compañías tecnológicas, apuntan que el concepto de propiedad de los vehículos cambiará durante los próximos años. Poco a poco, las nuevas generaciones tardan más en sacarse el permiso de conducir y comprarse un vehículo propio, sobre todo en las grandes ciudades, donde la mayoría de los jóvenes apuestan por el transporte público como alternativa a los grandes atascos, los gastos implícitos en un coche, como el seguro y el mantenimiento, y la búsqueda de un aparcamiento. Los avances de Internet y la conectividad, además, hacen que desplazarse largas distancias cada vez sea menos necesario y, en caso de serlo, alternativas como el carsharing se están convirtiendo en opciones interesantes.

Por si fuera poco, la llegada de los coches autónomos supondrá también el aterrizaje de nuevos servicios de movilidad que incluirá el transporte donde se necesite y a la carta, con puntos de recogida y llegada preestablecidos desde una aplicación móvil. Aunque aún queda tiempo para esta realidad, marcas como General Motors o Ford y empresas como Waymo y Uber invierten grandes cantidades en ello.

General Motors, de fabricante tradicional a líder tecnológico en Motor Zeta.

Suscripciones y experiencia de marca

Para adaptarse a estos cambios, firmas como Polestar o Lynk &Co., ambas del Grupo GeelyTeslaPorsche y hasta Seat están revisando varios aspectos y están probando desde servicios de suscripción, como es el caso de Porsche Passport, y apostando por formatos distintos de tienda, como es el caso de Tesla o Polestar, que abandonan el concepto de concesionario. Estas marcas sitúan sus puntos de venta en un entorno comercial y se valen de tecnologías como la realidad virtual para mostrar sus vehículos, que no siempre están ya expuestos. Además, su modo de configuración vía Internet hace posible la compra desde casa y, en las tiendas, más parecidas a una Apple Store que a un concesionario clásico, los trabajadores crean una conexión entre el usuario, ya no propietario, y la marca mediante nuevas plataformas interactivas con las que crear un vínculo entre persona y compañía. En el caso de Seat destaca una prueba de tiendas urbanas en Noruega.

Las marcas se han replanteado sus vías de negocio, apostando por el carsharing y las suscripciones como principales caminos a explorar. Lynk & Co.presentada en Europa el pasado marzo llega con una clara apuesta por el carsharing y las suscripciones. "No solo vendemos coches, vendemos movilidad", decía Alain Visser, vicepresidente de la marca en su presentación, haciendo referencia a futuros programas de suscripción y movilidad compartida que aún no se han detallado. Como más ejemplos, Polestar nació con una clara vocación hacia las suscripciones, aunque Ingenlath siempre ha admitido que nunca privarán a nadie de compar uno de sus coches si lo desea, y Porsche probó con éxito un servicio que permitía acceder a cualquiera de sus modelos cuando se quisiera pagando una cuota mensual al más puro estilo Spotify. Los de Stuttgart confirmaron además hace poco la llegada de un nuevo servicio consistente en el alquiler de vehículos a particulares.

Más allá de estas marcas, muchas otras apuestan por el carsharing firmando acuerdos con compañías de este tipo o impulsando sus propios servicios como es el caso del Grupo PSA con Free2Move, su servicio propio que ya opera en Madrid, o su colaboración con el Grupo Bolloré en ciudades francesas. Del mismo modo, Renault también está presente en la capital a través de Zity, un operador desarrollado entre la firma del rombo y Ferrovial que dispone de una flota de 500 Zoe eléctricos en sus calles y Seat ha firmado un acuerdo con Hyre, otra compañía de carsharing, y ofrecerá 40 coches a la plataforma para que los usuarios noruegos puedan conducirlos.