Los octavos, un límite casi desconocido para el Girona

Posiblemente en el partido más plácido de esta temporada, el Girona superó a un decepcionante Cádiz, rival de Primera, para alcanzar los octavos de final de la Copa del Rey. Un límite casi desconocido para el club de Montilivi, al que no le suelen ir demasiado bien las cosas en esta competición. A lo largo de sus 90 años de vida, la presente es la cuarta vez que el conjunto catalán se convierte en uno de los dieciséis mejores equipos de la Copa. 

Ha sido éste, precisamente, su techo. Lo alcanzó en 2019, cuando se coló entre los ocho últimos supervivientes tras eliminar a todo un Atlético con un 1-1 en Montilivi y un 3-3 en el Wanda Metropolitano que ha pasado a la historia. El Real Madrid fue demasiado para los catalanes, que cayeron con honor (4-2 y 1-3) pero sin apenas opciones ante un rival superior. 

Para encontrar los otros dos precedentes hay que remontarse como mínimo siete décadas. En 1949, en la entonces llamada Copa del Generalísimo, no tuvo ninguna opción a partido único con el Barça. En octavos, acabó barrido por un contundente 9-0 y dijo adiós al torneo a las primeras de cambio. En 1936, doble partido ante el Betis (1-2 y 3-2) y misma suerte en la por aquellos tiempos denominada Copa de la República.