Historia SPORT

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Zuhaitz Gurrutxaga: "Ni te imaginas la de veces que me escondí en el campo para que no me pasaran el balón"

El ex jugador vasco publica 'Subcampeón' (Libros del KO), en el que confiesa cómo la ansiedad y el TOC condicionaron su carrera

"El problema del fútbol es que cuesta demostrar que tienes un problema de salud mental", reflexiona

Gurrutxaga, con la camiseta de la Real

Gurrutxaga, con la camiseta de la Real / Libros del KO

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Zuhaitz Gurrutxaga fue profesional del fútbol durante quince años. Llegó a ser subcampeón de Liga con la Real Sociedad. Pero realmente, apenas disfrutó de su posición privilegiada, más allá de algunos momentos puntuales en Segunda B o Tercera.

No le faltaba nivel (defensa central, fue internacional con las inferiores de la selección), pero la ansiedad y un fuerte trastorno obsesivo compulsivo (TOC) le obligaron a alejarse de la elite. Solo cuando jugó en el Lemona o en el Zamora, en Tercera o Segunda B, se sintió plenamente futbolista. Solo entonces pidió el balón y se sintió jugador de pleno derecho.

Ahora, convertido en monologuista de éxito, cuenta en un libro ('Subcampeón', coescrito con Ander Izagirre y publicado por Libros del KO) cómo sus trastornos condicionaron su carrera. Pero no es la ansiedad lo que preside el texto, sino el humor y la ironía.

-El libro es un ejercicio de valentía: no debe de ser fácil confesar que a veces preferías perder, o no jugar, o incluso que tus compañeros no te pasasen el balón.

Bueno, hace ya diez años que me retiré, y más tiempo aún que estuve en Primera. Creo que ya existe la distancia suficiente como para hacerlo, pero en su día no fui valiente. Decía las cuatro frases que decían todos los futbolistas. Y no es que los futbolistas no sepan hablar, es que no quieren meterse en líos. Ahora, con la distancia suficiente y después de haber trabajado como monologuista con un material narrativo que nadie había empleado para este fin, puedo hablar de ello con normalidad.

-¿Qué es lo que más te ha costado explicar?

Hablar de los demás. Hacer comedia sobre mí mismo no me cuesta. Cuando me senté a escribir con Ander, tenía miedo de romper esos códigos que existen entre los futbolistas. No quería dar la sensación de que me reía de un compañero o de un entrenador. Hablo de ellos desde el máximo respeto.

Gurrutxaga fue subcampeón de Liga con la Real Sociedad en 2003

Gurrutxaga fue subcampeón de Liga con la Real Sociedad en 2003 / Libros del KO

-¿Cuál fue la razón que te llevó a escribir el libro?

En los monólogos ya hablaba un poco de todo esto. Es difícil hacer comedia de algo así; hay que intentar hacerlo bien y con delicadeza. Pero una vez publicado el libro, he recibido muchos mensajes, por ejemplo de padres con hijos que tienen TOC y que están pasando un auténtico infierno. Cuento cosas íntimas, pero si a alguien que ha pasado o esté pasando por lo mismo le puede ayudar, estaré encantado.

-¿Crees que en el fútbol actual puede haber algún caso como el tuyo?

No lo sé, pero si lo hubiera, me imagino que ya estaría en manos de un psicólogo. He leído sobre Camarasa, un jugador del Real Oviedo que ha tenido que apartarse temporalmente del equipo por un tema de salud mental. El club le apoyó totalmente. Eso ya es un paso adelante. El problema es que en el fútbol, acreditar un problema de salud mental es complicado. Si tienes un esguince en el tobillo, es algo que se ve, y todo el mundo lo entiende. Pero un problema de salud mental es mucho más difícil de demostrar o de acreditar. En este sentido, me gustó la actitud del Oviedo, trató el tema sin tapujos, como si el jugador hubiera sufrido un esguince.

-En tu caso, ¿por qué no acudiste al club?

No porque mi club fuera peor que otros, sino porque era otra época. Ni siquiera yo sabía lo que me pasaba. Y pensaba que si hablaba con el club de mi problema, eso no me ayudaría a renovar. El fútbol exige resultados inmediatos, y funciona así: si tú no estás para jugar, pongo a otro y listo. Pero el problema de base es que yo no sabía lo que me pasaba, no sabía lo que era el TOC. Pensaba que estaba loco, una palabra que abarca tanto y no abarca nada. Y los entrenadores era gente de otra generación, de otra mentalidad, imagino que pensarían que eso de la salud mental era algo de gente ociosa, con demasiado tiempo libre.

El problema es que en el fútbol, acreditar un problema de salud mental es complicado. Si tienes un esguince en el tobillo, aún, pero un problema de salud mental....

-¿Alguno de tus entrenadores te hubiera entendido y ayudado?

No lo sé, a veces lo he pensado. Ya digo, era otra época. Quizá Raynald Denoueix, el entrenador que logró el subcampeonato con la Real Sociedad. No era tan de la vieja escuela, parecía más bien un maestro de escuela.

-¿Cómo estás ahora?

Bien, comparado con lo que me ocurría hace unos años. Cualquiera que lea el libro podrá comprobar que ahora estoy cuatrocientos por cien mejor. El TOC no es crónico, pero es difícil curarse del todo. Ahora tengo herramientas que antes no tenía. Sabes que no tienes que lavarte las manos seis veces seguidas, aunque en momentos de tensión, con nervios, veo cómo se acerca ese TOC.

La portada del libro de Izagirre y Gurrutxaga

La portada del libro de Izagirre y Gurrutxaga / Libros del KO

-En el libro cuentas un punto de inflexión: entran a robar a tu casa y entras en un bucle obsesivo del que no logras salir.

Y otro momento es cuando fumo marihuana con unos amigos y sufro un ataque de ansiedad. La culpa no es de lo que fumé. Pero la marihuana encendió lo que ya llevaba dentro. Yo hasta entonces era un chico normal, feliz, sin demasiados problemas. Pero en ese momento se enciende ese golpe de ansiedad, yo no sabía qué me estaba pasando. Se movió todo lo que tenía dentro. Luego me entran a robar en casa, y ese día sí que lo tengo señalado como el del inicio del TOC.

En el fútbol hay presión porque hay pasión, y por eso se gana dinero

-¿Qué hubiera sido de tu carrera sin este trastorno?

No lo sé. No sé si mi carrera quedó afectada por eso, o fue mi carrera deportiva la que provocó todo eso. Tampoco sabes cuál es el momento idóneo para debutar en Primera... yo siempre he pensado que para triunfar a esas edades, o eres más maduro de lo que te toca o eres un inconsciente y no te das cuenta de la repercusión que tiene todo esto. Veo ahora a chavales de 17 años en Primera y pienso eso, o es muy maduro para su edad o es un inconsciente. Yo no fui ni una cosa ni la otra. Si me hubiera estrenado con 23 ó 24 años... Pero con 19 años me veo en el Vicente Calderón, marcando a Hasselbaink. Mi vida cambió de un día para otro y yo no era lo suficientemente maduro.

Pensaba que estaba loco, una palabra que abarca tanto y no abarca nada

-Demasiada presión en el mundo del fútbol.

Pero ahí debemos ser honestos: hay presión porque hay pasión, y por eso se gana dinero. Yo no soy rico ni mucho menos, pero no tengo una hipoteca que pagar porque con 22 años me pude comprar una casa en Donosti. Todo va unido. Quiero el sueldo de Primera pero que la prensa no me apriete: eso no vale. Lo que no es normal es que 40.000 personas se pongan a insultar a un jugador.

Mi vida cambió de un día para otro y yo no era lo suficientemente maduro

-¿Crees que tu ejemplo puede servir para que sea más normal hablar de salud mental en el mundo del fútbol?

Me encantaría. En su momento, hace ya diez años, actué con mi monólogo ante la plantilla del Athletic. Me contrató Bielsa. Y fue el mejor público que he tenido nunca, porque los jugadores se sentían muy identificados con lo que yo contaba. Son cosas que muchos futbolistas sienten, pero que no pueden decir. Creo que aquel día se lo pasaron genial. Siempre he pensado que me gustaría hacer lo mismo en otros equipos. Hace pocos días, por ejemplo, me acerqué a Zubieta para regalar el libro a varios jugadores de la Real. A ver si le echan un vistazo.

-Ahora la presencia de los psicólogos en el fútbol es normal.

Sí, pero también tengo la sensación de que los jóvenes tienen mucha más presión que nosotros. En mi época no había redes sociales. Me da vértigo pensar lo que tienen que soportar los chavales hoy. Estarán preparados, imagino. Pero si yo sufro cuando veo alguna crítica negativa o algo así, no me quiero imaginar los jugadores de Primera...

Actué con mi monólogo ante la plantilla del Athletic. Me contrató Bielsa. Y fue el mejor público que he tenido nunca

-Y pese a todo, disfrutaste del fútbol. No en Primera, sino en Segunda B.

Sí, toqué fondo pero luego, alejado de la presión de Primera, empecé a disfrutar. En el Lemona, por ejemplo: jugaba, pedía el balón. Pero ni te imaginas la de veces que me he escondido en el campo para que no me pasaran el balón...

Para triunfar a esas edades, o eres más maduro de lo que te toca o eres un inconsciente

-El libro es íntimo, pero muy divertido. ¿Fue difícil encontrar el tono?

Yo ya había leído a Ander Izagirre, sobre todo sus libros de ciclismo. Me gustó su ironía y su sentido del humor, su manera de contar las cosas serias, tiene una manera muy fina de hacerlo. A los cómicos se nos ve a tres kilómetros que vamos a hacer un chiste, pero yo leía a Ander, me paraba, levantaba la cabeza y pensaba que gracias a leer sus textos uno podía se un poco mejor persona. Yo no soy escritor, por eso pensé en él. No nos conocíamos, pero le escribí, se lo propuse y aceptó.

-¿Cómo fue el proceso de escritura?

Yo escribía historias de mi vida, se lo enviaba a Ander, él me hacía algunas preguntas y lo reescribía. Tenemos un sentido del humor bastante parecido, cuando leo el libro me veo a mí mismo, yo creo que ha funcionado muy bien.