Los peligros del Olympique de Lyon

El Lyon asusta en Europa

El Lyon asusta en Europa / AFP

Borja Rodríguez

El próximo sábado 18 de mayo Budapest acogerá la gran final de la UEFA Women’s Champions League entre Olympique de Lyon y FC Barcelona. Las francesas, pentacampeonas en la máxima competición europea, son las claras favoritas, aunque la ilusión en Can Barça es máxima. No hay que olvidar que las culés llegan a la final dela Champions por primera vez en su historia. Para el Lyon, ya van siete finales, cinco de ellas ganadas. Esta son las claves del equipo francés:

Más verticales que nunca

Cada vez queda menos de aquel conjunto francés que nos enamoraba con su fútbol de toque y asociación. Ahora son muy directas y verticales. Y en esta segunda temporada con Reynald Pedros al mando, lo han apostado todo a las transiciones vertiginosas y buscar portería lo más rápido posible. De hecho, a veces le ceden la posesión al rival para tener metros para correr. Su agresividad e intensidad en la presión les permite robar y provocar muchas pérdidas de balón que, con la calidad que tienen arriba, convierten ese error en ocasión de gol. Ataque por oleadas sumado a una enorme pegada y calidad arriba. Una receta potencialmente dañina para los rivales.

Amenaza continúa desde banda

Cuando tienes a las dos las laterales más ofensivas del continente como son Lucy Bronze y Amel Majri, apostar por hacer daño desde los carriles exteriores suele acabar en éxito. Si a eso le unes una delantera de área que domina el juego aéreo y el remate al primer toque como Ada Hegerberg, la convicción en esa idea de hacer daño por banda, y casi siempre de forma fulgurante, es total. Y así hace gran parte de su daño el Lyon. Laterales ofensivas desdoblando continuamente a jugadoras con desequilibrio como Eugenie Le Sommer, Delphine Cascarino o Shanice van de Sanden. O llegan a línea de fondo y ponen el centro o en ocasiones, lo hacen a menudo, intentan buscar una especie de "aclarado" para que se la jueguen en individual.

Balón parado

Pero el gran arma de las campeonas de Europa es el balón paradoNingún equipo en el planeta tiene semejante poderío en este tipo de jugadas. El poderío es tal, que en la actual edición de la Champions League han anotado hasta 12 goles a balón parado: 7 en saques de esquina, 4 en saques de falta y 1 de penalti; todos ellos repartidos en todas las eliminatorias. No hace falta recordar que el famoso "gol fantasma" de Le Sommer en el "Mini Estadi" llega en un saque de esquina. Cuando Wendie Renard, Hegerberg, Griedge Mbock, Amandine Henry y Lucy Bronze esperan un remate en el área, los equipos rivales tiemblan. Aunque igual de peligrosos son las faltas directas en el borde del área con Dzsenifer Marozsán.

Defensa diferencial

Ningún equipo en el fútbol femenino mundial puede permitirse la línea defensiva que tienen las del Ródano. Quizás la mayor diferencia con respecto al resto de grandes equipos del continente. Una retaguardia que destaca por la enorme exuberancia física y capacidad atlética de Bronze, Renard, Mbock y Majri. Más altas, más fuertes y más rápidas que las rivales. Es muy difícil superarlas en defensa. Y su aportación, como hemos comentado en los párrafos anteriores, en la parcela ofensiva es enorme. Han marcado entre todas las competiciones un total de 36 goles. Y las teóricas defensoras suplentes como Kadeisha Buchanan, Carolin Simon o Selma Bacha cumplen con los requisitos exigidos.

Nombres propios

Wendie Renard: Una fuerza de la naturaleza. La mejor central del mundo gracias a unas capacidades físicas únicas en el fútbol femenino. Resolutiva, a veces con una suficiencia insultante, expeditiva, con calidad técnica para sacar el balón jugado, y con esa facilidad para el gol que le han permitido anotar 44 goles en 4 años. Una auténtica líder dentro y fuera del campo con una influencia en los partidos sorprendente por su posición.

Amandine Henry: La centrocampista total. El motor que hace funcionar toda la maquinaria de Lyon. El corazón del conjunto francés y de la selección. Una llegadora reconvertida en "todocampista" gracias a ser capaz de hacer todas las funciones que se requieren en el centro del campo.

Dzsenifer Marozsán: Posiblemente el mayor talento que jamás hayamos visto. Un compendio de cualidades técnicas llevadas a la máxima excelencia que sólo supera esa capacidad única que posee para que parezca que cuando toca el balón se para el tiempo. No hay ninguna jugadora que se le acerque ni se le parezca. Pero si es una reina sin corona (sin ese "Balón de Oro" o "The Best"), es porque su irregularidad le ha pasado factura. Ya en su plenitud, la mediapunta alemana sabe que necesita brillar en la final de la Champions y en el Mundial para lograr ese ansiado galardón que la proclame la mejor jugadora del mundo.

Ada Hegerberg: Sin ser esta su mejor temporada en Francia en cuanto a cifras goleadoras, hemos podido observar en esta segunda mitad de la temporada a una Ada Hegerberg más madura y con más registros que esa delantera rematadora u objetivo de desplazamientos largos de su equipo. Su poderío físico, difícil de defender para la mayoría de centrales, y su capacidad de remate al primer toque siguen siendo sus grandes armas. Sabe que tiene que hacer una final de Champions memorable si quiere alguna oportunidad de optar a revalidar el Balón de Oro.