David Gallego, de Regional a Primera División en siete años

David Gallego, nuevo entrenador del Espanyol

David Gallego, nuevo entrenador del Espanyol / EFE

C. F. Sainz

Las mejores palabras para definir a David Gallego son carácter e intensidad. Nacido en Súria hace 47 años, el nuevo preparador del primer equipo blanquiazul se ha labrado su carrera en el fútbol base espanyolista, donde sus éxitos y las palabras de agradecimiento que le dedican todos los jugadores que han pasado por sus manos son su mejor aval.

Un nervio en la banda y en la sala de prensa, su pasión le hace perder los estribos en alguna ocasión y no es extraño verlo en la grada por ser expulsado, algo que ha sucedido en más de una ocasión.

Sin ir más lejos, en su primera aventura como entrenador del Espanyol recibió la tarjeta roja en el antepenúltimo encuentro liguero disputado en el Wanda Metropolitano, con lo que no se pudo sentar en el banquillo blanquiazul en las dos últimas jornadas.

Este curso, en el que ha estado a punto de clasificar al filial perico para el play-off de ascenso a Segunda A, también ha visto la roja en alguna ocasión.

ÉXITO TRAS ÉXITO

David Gallego tuvo una dilatada experiencia como futbolista -actuó dos campañas a principios de los 90 en el por entonces filial del Espanyol, L’Hospitalet, fichado del Manresa- en la que incluso llegó a debutar en Primera División en las filas del Recreativo de Huelva.

Tras colgar las botas después de 17 campañas como futbolista profesional, cogió las riendas del equipo de su población natal, Súria, con el que logró un ascenso en categoría Regional.

Fue entonces cuando en 2013 el por aquel entonces responsable de la cantera espanyolista, Jordi Lardín, con el que coincidió en sus primeros años como futbolista y con el que forjó una buena relación de amistad, lo reclutó como preparador para el fútbol base perico, dándole las riendas del Juvenil A. Estuvo tres cursos a cargo de dicho conjunto, con el que logró dos campeonatos ligueros y fue subcampeón de la Copa de Campeones.

Sus buenos registros le permitieron dar el salto al Espanyol B, aunque el primer curso en el banquillo del filial no pudo evitar el descenso a Tercera del equipo.

A pesar de ello, regresó a la categoría de bronce por la puerta grande -récord de puntos incluido- y tras superar la primera eliminatoria, en una campaña en la que fue interino del primer equipo en la recta final, sumando 13 puntos de 15 posibles. Muchas fueron las voces que pidieron su continuidad y varios equipos preguntaron por él, pero siguió en el filial para realizar una temporada histórica. Ahora le ha llegado su momento.