Alerta bermellona en Cornellà

El Espanyol cayó en el partido de ida y Gallego fue destituido

El Espanyol cayó en el partido de ida y Gallego fue destituido / EFE

Jonathan Moreno

Si el Espanyol anhela la salvación, todo lo que no sea sumar tres puntos ante el Mallorca será un fracaso absoluto. Una ‘bajona’ monumental para una afición que ha depositado todas sus esperanzas de permanencia en la élite al ‘1’ en la quiniela. No fallará la pericada, que acudirá a su precioso nido de Cornellà en masa. Todo el papel se ha agotado. <strong>Las 12.099 entradas volaron en un santiamén</strong>. La ilusión se mantiene intacta, ahora falta que los de Abelardo respondan sobre el césped. Y esa es la incógnita más complicada de despejar de la ecuación.

Cifras en mano, la trayectoria del Espanyol en el RCDE Stadium asusta. Pero para mal. Los blanquiazules todavía no han ganado en lo que llevamos de curso en la competición liguera. Y estamos en febrero. Cuatro puntos. Cuatro empates. Un bagaje paupérrimo que les ha llevado a ostentar el farolillo rojo las últimas seis jornadas. De hecho, los blanquiazules sólo han estado una semana fuera de la zona de descenso a Segunda. La remontada exprés en Ipurua permitió a los entonces entrenados por David Gallego abandonar los puestos calientes de la tabla. Eran los últimos estertores del verano allá por el cálido septiembre. El Celta de Vigo, con once unidades, es el segundo peor equipo en esta calamistosa clasificación.

Pero si los guarismos del Espanyol en casa son para echarse a temblar, los del Mallorca lejos de Son Moix... Escalofríos y sudores fríos. Los palmesanos han sumado un punto lejos de las Islas. Lo que le convierte en el peor visitante de toda la categoría. El cuadro de Vicente Moreno marca el límite de la permanencia basando su fortaleza en los partidos de casa, donde han sumado 17 de 36, prácticamentela mitad de los puntos en juego.

Viejos conocidos

El ‘sheriff’ y el forajido se aguantan la mirada. Un duelo al ocaso con bandan sonora de Ennio Morricone. Sólo puede quedar uno. Mallorca y Espanyol no es la primera vez que se retan. El 16 de mayo de 2004 la expedición liderada por Luis Fernández acudía a Palma para certificar la permanencia. Corría la jornada 37. El 0-2 con doblete de Raúl Tamudo al descanso presagiaba lo mejor. Los bermellones acabaron remontando. La salvación se lograría ‘in extremis’ ante el Murcia en Montjuïc con dianas del propio Tamudo y Lopo

Peor recuerdo guarda el espanyolismo de la trágica promoción de 1989, cuando el Mallorca de Miguel Ángel Nadal remontó el 1-0 de Sarrià en la ida para enviar a los blanquiazules por tercera vez en su historia a Segunda.