Javier Mariscal carga hasta contra Cobi

Desde Múnich 72 han convivido 12 mascotas olímpicas y ahora Pekín ha colocado otras cinco en el horizonte

Javier Mariscal, el 'padre' de Cobi -mascota de los Juegos Olímpicos de Barcelona- cargó ayer contra su propio 'hijo' y contra todas las imágenes representativas de las citas olímpicas. El diseñador catalán, que se encontraba en La Habana, calentó el eterno debate sobre el tema al señalar que "las mascotas de Pekín son horrorosas, todas las mascotas son horrorosas", señaló en una conferencia que ofreció en el Instituto Superior de Diseño de la capital cubana.

Mariscal sólo hizo un elogio: el logotipo elegido para Londres 2012, basado en el número del año y construido con la palabra Londres y los anillos olímpicos. "Es rompedor -explicó- y una forma de que los señores con corbata que tienen el dinero y organizan este tipo de eventos tengan que cambiar la estética. Hay un grafista que les ha obligado a sacarse la corbata. Es imposible decirle a un banco que no te robe, pero por lo menos que no se pongan corbata, que se vistan de otra manera, que cambien por lo menos estéticamente".

A pesar de sus críticas, el creador de Cobi no descartó volver a trabajar para el mundo del olimpismo y hacer la imagen de Madrid en el que caso de que consiga ser sede de los Juegos del 2016. "Me tendrían que invitar a un concurso restringido y si me llaman y lo ganó haré la mascota porque así es como funciona la democracia".

Las críticas de Mariscal son las más duras oidas hasta el momento pero no las únicas porque la presentación de la mascota china -que al final fueron cinco- fue recibida con desilusión. Hace ya dos años que circulan por el mundo Beibei (un pez), Jingjing (un oso panda), Huanhuan (una antorcha), Yingying (un antílope tibetano) y Nini (una golondrina), que fueron bautizados en el Gimnasio de los Trabajadores de Pekín el día en que el reloj gigantesco colocado en la carismática plaza Tiananmen señalara que faltaban mil día para el inicio de los Juegos. Otros elementos de la cultura china (el dragón y el Rey Mono) habían quedado descartados unos días antes.

Comenzó entonces también la polémica. La misma que se ha venido produciendo desde que Múnich'72 creara la primera mascota en unos Juegos Olímpicos de Verano. Se trataba de Waldi, una raza de perro salchicha de pelo largo. Después llegó Amik para Montreal'72, un castor canadiense que usaba un cinturón idéntico que las cintas en las que se colgaron las medallas.

Moscú'80 no soprendió y su previsible oso, llamado Misha, no pudo con el boicoto, algo que tampoco logró cuatro años depués Sam, una aguila calva que presidió Los Angeles'84. El tigre Hodori llevó la tranquilidad a Seúl'88 y Cobi rompió moldes en Barcelona'92 porque el propio Mariscal diseñó un perro con un par de orejas puntiagudas, la nariz hacia un lado rematada con un bolita en la punta y dos puntitos como ojos. Izzy, que no se supo bien lo que era, pasó desapercibida en Atlanta'96, Sideny 2000 lució tres tres mascotas: Syd (un ornitorrinco), Millie (un puercoespín) y Olly (un kookaburra, un ave típica de la zona) y Atenas'04 se quedó con Atenea y Febo. Todos ellas han pasado a lo historia olímpica aunque Mariscal piense que son horrorosas. Incluido su Cobi.

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