Iván Pedroso pone fin a una carrera de ensueño

El saltador cubano, conocido como Iván 'El Terrible' se despide. Se marcha una de las grandes leyendas

Quién no recuerda aquel saltó de 8,96 metros? Sestriere (Italia) se quedó en silencio...Iván Pedroso batía el mítico récord del mundo de Mike Powell -8,95- y se alzaba hasta lo más alto del atletismo. La historia hubiera sido bonita para el saltador cubano, que buscó siempre un salto angelical que le llevara por encima de los nueve metros. Pero un juez se puso en medio del anemómetro justo en el momento en el que Pedroso saltaba y no se reconoció su marca. Lo siguió intentando, pero aquel 1995 fue insuperable...

Aunque lo cierto es que con o sin récord del mundo, Iván Pedroso se ganó a pulso el reconocimiento como 'gran leyenda' del atletismo mundial con el paso de los años. Tanto que ya no importa que en las últimas temporadas haya sido una sombra de sí mismo ni que su último gran éxito date de 2001. Con 34 años, el saltador conocido como Iván 'El Terrible', pone fin a una carrera de casi dos décadas dedicadas al salto de longitud y repleta de éxitos mundiales. Avisó hace unos meses, "cuando sienta que no pueda saltar ocho metros, me daré cuenta que ya no se puede seguir", declaró públicamente. Tristemente para este deporte, ha cumplido con su palabra. Y es que el cubano siempre fue genio y figura dentro y fuera de las pistas. Dentro por su desparpajo, por su inmensa calidad. Fuera, por su carácter serio, tímido, alejado de los focos de la prensa.

Fue él y no otro el encargado de recoger el testigo de Carl Lewis en el foso de arena y no defraudó. En 1995, con 22 años, se colgaba su primer oro en unos Mundiales al aire libre. Allí superó a Mike Powell -bronce- con un salto de 8,70 metros. Dos años antes ya lo había hecho en pista cubierta en los Mundiales de Toronto. No conoció la derrota en Campeonatos del Mundo desde 1993 hasta 2001. En total, ocho años invicto que confirmaron que pocos habían como él. Ganó en Atenas, Sevilla y Edmonton al aire libre -cuatro oros en total- y en Barcelona, París, Maebashi y Lisboa en pista cubierta -cinco títulos-.

Pero aún le faltaba algo: se le resistían los Juegos Olímpicos. En Barcelona'92 fue cuarto por detrás de Carl Lewis, Mike Powell y Joe Greene y en 1996 una inoportuna lesión le apartó del oro olímpico. Hasta que llegó Atenas. En 2000 y sabedor que las oportunidades se le agotaban fue a por todas y, con un salto de 8,55 metros, se coronó en Sydney. Lo volvió a intentar en Atenas, pero allí tan sólo pudo ser séptimo. No importó, Iván Pedroso hacía ya tiempo que había inscrito su nombre con letras doradas en la historia. Era otro estilo, otra época, una forma de saltar que hoy en día se echa de menos en el tartán. Su 8,71 metros -mejor marca personal- aún sigue siendo difícil de batir.

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