Alejandro Valverde, un talento irrepetible

Christian Blasco

Si Alejandro Valverde fuera belga habría pocas dudas a la hora de situarlo como uno de los mejores ciclistas de la historia. No en vano, en esa tierra, donde se venera al ciclismo, el murciano es alabado año tras año por sus logros en carreras de perfiles tan distintos.

En gran parte, la cultura ciclista española es muy superficial. El aficionado medio no ve más alla del Tour de Francia, la Vuelta a España y, en menor medida, el Mundial. Por tanto, todo aquel corredor que no triunfe en esas carreras tiene muchas papeletas para ser "un ciclista más". Esto ha hecho que, para muchos, Valverde no tenga un hueco entre los mejores ciclistas españoles de la historia.

Sin embargo el murciano se ha empeñado en conseguir que hasta los incrédulos sobre su figura se postulen a su favor. Lo ha hecho gracias a una dedicación casi sin precedentes, con 38 años sigue estando entre los mejores del mundo, y con un talento que se antoja irrepetible en el ciclismo español.

Valverde no entiende de picos de forma. Desde que iniciara su carrera en Kelme hace más de 15 años, el murciano ha competido al máximo siempre, ganando carreras desde febrero hasta octubre, algo que nadie puede igualar en el ciclismo actual. Lo ha hecho, además, en pruebas de todo tipo. Clásicas, vueltas de una semana, grandes vueltas, montaña, colinas, sprint, contrarreloj... Una lista extraordinaria que lo ha llevado a los 122 triunfos como profesional.

Entre sus grandes méritos se encuentran una Vuelta a España (cinco podios), 4 Liejas, 5 Flecha Valona, 16 triunfos en las grandes vueltas y podio en Giro, Tour y Vuelta. Además, con su victoria en el Mundial ya son siete medallas conseguidas en la prueba (1 oro, 2 platas y 4 bronces).

El murciano ha ido mejorando sus grandes debes cuando empezó su carrera profesional. Ha progresado en los descensos, en la contrarreloj y, especialmente, en sus decisiones tácticas en carrera. Todo ello manteniendo ese extraordinario "rush final", esa capacidad para mantener una de las arrancadas más poderosas del pelotón que tantos triunfos le ha dado.

Sus tempraneros triunfos de etapa en la Vuelta a España y su victoria sobre Armstrong en Courchevel (2005) hicieron que todo el mundo viera en él un futuro ganador del Tour. Sin embargo, todos se equivocaban, incluyendo en muchas ocasiones el propio Valverde, obcecado con la carrera francesa.

Valverde no es un vueltómano, aunque su calidad le ha permitido lograr resultados extraordinarios en ese tipo de carreras. Alejandro es un corredor hecho para los muros, un auténtico clasicómano, el mejor de la historia del ciclismo español. Con todo lo que ha logrado, el murciano no pudo evitar llorar tras alzar los brazos en el Mundial de Innsbruck, lo que demuestra la importancia que tiene este triunfo en su carrera.

Lo ha hecho todo en el ciclismo pero su carrera no ha acabado. El de Movistar aspira a competir hasta los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020. No sabemos cuando acabará, pero todos deberíamos disfrutar de cada prueba en la que compita Valverde, de poder verlo con el maillot arcoiris durante todo un año. Todos deberíamos disfrutar de un talento que se antoja irrepetible.