El Chelsea destroza a un Atlético de juguete

Jordi Blanco

Pasaban segundos del minuto 93, cuando el Atlético convirtió el padecimiento en pesadilla, cuando pasó del sufrimiento a la desesperación, cuando, como en Lisboa, en aquella fatídica final frente al Real Madrid, encajó un gol terrible. Aquel no tuvo solución, éste aún puede ser superado... Aunque, ahora mismo, deja al equipo del Cholo muy tocado.

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Champions League

1
2
Alineaciones
Atlético Madrid
Oblak, Juanfran, Lucas Hernández, Godín, Filipe Luis, Saúl Ñíguez, Thomas (Giménez 77'), Koke, Carrasco (Fernando Torres 69'), Griezmann y Correa (Gaitán 70').
Chelsea
Courtois, Azpilicueta, David Luiz, Cahill, Kanté, Bakayoko, Marcos Alonso, Moses, Cesc (Christensen 86'), Hazard (Willian 82') y Morata (Batshuayi 82').

El <strong>Chelsea </strong>convirtió el <strong>sueño en pesadilla</strong> y el estreno continental del Metropolitano se fundió en una terrible, pero merecida, derrota del Atlético de Madrid, derrumbado en la última jugada del partido, cuando Batshuayi remató a quemarropa el excelente centro raso de Marcos Alonso.

El Atlético empezó ganando y acabó perdiendo víctima de la impotencia de su fútbol frente a un Chelsea mucho más firme en el césped y que no se desmembró ni cuando encajó ese ridículo penalti primero ni cuando Cesc Fábregas, inmediatamente después del gol de Morata, perdonó lo imposible de perdonar.

Fue una victoria afortunada por llegar en el último suspiro pero, para nada, fue una victoria por suerte porque el equipo de Antonio Conte jugó más y mejor. Y porque el del Cholo Simeone, que se queda en posición más que incómoda, fue una triste sombra. Perdió por 1-2... Pero pudo haber sido una derrota por KO[Repasa los resultados de la segunda jornada de Champions League]

El Atleti comenzó sonriendo cuando se apoyó en la mala puntería del Chelsea y en el errorcatastrófico, de David Luiz a la salida de un corner, llegándose al descanso y en el que se ocupó más de agarrar de manera chabacana a Carrasco que de seguir ni que fuera con la mirada el balónPenalti, tan estúpido como claro, y gol de Griezmann.

De esta manera, pudiendo perder el Atlético se marchó al descanso ganando... por un 1-0 que en el momento se entendió incluso corto tras llegarse al último suspiro con una ocasión de oro, en un obús raso de Koke que sacó como pudo Courtois para que el rechace lo rematase Saúl fuera por muy poco.

Al grupo de Simeone se le había hecho especialmente antipática la primera mitad, asediado por un rival superior en el fútbol, que rozó el 0-1 a los 12 minutos con un zambombazo de Hazard que se estrelló en el palo de Oblak y que hasta la jugada estúpida de David Luiz puso de los nervios tanto a Simeone como a toda la hinchada, tan entregada a la causa como temerosa.

Atropellado de mala manera, el Atleti fue una triste sombra

Temor absolutamente lógico y que se transformó en decepción en la segunda mitad, que comenzó dominando el Chelsea de forma tímida para ir convirtiendo su mando en un dolor de cabeza para el entrenador local, incapaz de encontrar un antídoto a la superioridad táctica de Antonio Conte y sus jugadores.

Tanto fue acercándose el campeón de la Premier al área local que a la hora de partido le llegó el premio, merecido, del gol. Un centro magnífico de Hazard y un remate, peinado y cruzado, de Morata al que Oblak apenas pudo seguir con la mirada.

El 1-1 pareció derrumbar la fe colchonera, de tal manera que apenas un minuto después Cesc falló el gol más claro, probablemente, de los últimos años al rematar desviado un balón simple en la frontal del área pequeña. El Atlético estaba entregado y acabó ahogándose en el último suspiro.

La derrota deja al equipo de Simeone en una posición muy incómoda 

Movió piezas Simeone en busca de la reacción de sus hombres pero en ningún momento dio la sensación de encontrar la manera de llevarse la victoria. Y tal fue la sensación de pánico que desde el entrenador hasta el último de sus jugadores pidieron con la mirada el final del sufrimiento.

Fueron tres minutos de alargue. Y el tercer minuto, incluso ya superado por algunos segundos, le derrumbó de manera definitiva. Marcos Alonso, hijo de colchonero, entró en el área con una combinación mágica y su centro, raso y sensacional, lo remató Batshuayi. Ni hubo tiempo para centrar.

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