El Milan no renuncia a la Champions

Suso celebra con Piatek el 1-0 ante el Bolonia

Suso celebra con Piatek el 1-0 ante el Bolonia / AFP

Jonathan Moreno

Sin sufrimiento no hay recompensa. Y el Milan, de sufrir, sabe un trecho en el último lustro. Un encuentro dominado plácidamente se torció en dos minutos con el tanto de Destro y la expulsión de Paquetá. El Bolonia murió matando. Por fortuna, los lombardos cuentan con Donnarumma. Europa, más cerca.

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Serie A

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Alineaciones
Milan
Donnarumma; Abate, Zapata, Musacchio, Rodríguez; Kessie, Biglia (Mauri, 26'), Paquetá; Suso (Samu Castillejo, 79'), Piatek, Çalhanoglu (Borini, 60').
Bolonia
Skorupski; Calabresi, Danilo, Lyanco, Dijks; Poli (Santander, 86'), Pulgar, Svanberg (Destro, 63'); Orsolini (Edera, 81'), Palacio, Sansone.

No le quedaba otra a los 'rossoneri' que apretar los dientes. El último cartucho para la Champions en la recámara tras el éxito del artista invitado Atalanta y el tropiezo romanista. 

Como en un combate de boxeo, los púgiles lanzaron dos 'crochets' para calibrar las fuerzas del oponente. Çalhanoglu probó con un bote pronto que repelió Skorupski. Sin tiempo para respirar, a Donnarumma le tocó dar la cara, nunca mejor dicho, por su equipo. El portero evitó con el rostro el 0-1 de Orsolini. Control de videoteca del atacante del Bolonia.

Tras la lesión de Biglia que dejó el duelo en 'stand by' llegaría el momento del gracejo andaluz. Suso exhibió su talento y se asomó al balcón del área para definir de zurda. ¡Olé!

A Genaro Gattuso le salió su vena conservadora, si es que tiene otra, y el Milan optó por contemporizar. Borini anotaría el segundo tras un rechace lateral de Skorupski a trallazo de Paquetá. Un 2-0 en la Serie A parece un mundo. No para los lombardos. Destro amortiguó un servicio celestial de Sansone al corazón del área pequeña. Pecho y media vuelta para el gol del ex.

En 'shock' todavía, Lucas Paquetá perdió los nervios tras una entrada de Pulgar. El brasileño tocó al colegiado en la protesta y éste le mostró el camino de la ducha. El útlimo cuarto se hizo eterno. Los milanistas no renuncian a la élite europea.