Yerry Mina: ¿Y ahora, qué?

El fútbol de élite y el Barça son implacables. Las tardes de éxito sitúan al futbolista en el elogio y una mala noche, como la de Yerry MIna en el Levante-Barça, deja al mismo jugador al pie de los caballos.

En el caso de Mina, aterrizado en el Camp Nou hace apenas cinco meses, queda en una situación complicada en la que los técnicos del club deberán hilar muy fino para conseguir que el joven defensa central colombiano encuentre la manera de ofrecer a medio plazo un rendimiento óptimo.

No era sencillo

No ha sido una llegada fácil para Yerry. El internacional colombiano se incorporó al Barça en el mercado de invierno, sin tiempo para adaptarse al fútbol europeo, mucho más rápido y táctico que el brasileño y el sudamericano, en general.

En el caso del defensa cafetero, las dificultades para aclimatarse se acrecentaron porque el estilo de juego blaugrana es muy particular, con una defensa que en fase de ataque juega muy adelantada, lejos de su área, y un juego posicional muy específico, capaz de jugar el balón con su portero para romper la presión alta del contrincante.

Los pros y contras

Yerry, un central poderoso, dominador del juego de cabeza y con buen toque de balón, no es sin embargo un defensor especialmente rápido, ni a la hora de anticipar ni en el momento de corregir la posición. No es algo extraño, sino similar al de Matts Hummels (Bayern de Múnich), por ejemplo, por compararlo con un excelente central que en cambio tiene una gran salida de balón, visión de juego y buena colocación. 

Esa lentitud para girarse se acentúa cuando Mina tiene que medirse con los delanteros rivales de regreso al área de Ter Stegen. Posiblemente, en una defensa de cinco se encuentre más seguro, pero en el Barça debe convivir con dos laterales que juegan de extremos y sin un tercer central que corrija las excursiones a la banda del colombiano.

Lo decía Valverde

Ernesto Valverde, siempre prudente y hombre de club por encima de todo, preservó a Mina y al Barça cada vez que le preguntaron por Yerry y a pesar de que no se fichó al jugador que él había reclamado para esta demarcación (Íñigo Martínez). Pero de las palabras del entrenador se entendía todo. El colombiano fue "un fichaje de club", "sin una pretemporada para adaptarse" y "muy joven, con tiempo para asimilar es estilo de juego del Barça". 

El tiempo ha dado la razón al técnico del primer equipo cuando dosificó al máximo las participaciones del Yerry Mina, y deja en evidencia a la persona o personas que decidieron que el colombiano ya estaba en condiciones de cubrir una salida tan importante como la de Javier Masacherano; un centrocampista reconvertido pero que, precisamente, aportaba como virtudes inteligencia táctica, velocidad y capacidad de rectificación.

Opciones de futuro

Serán los responsables del club los que deberán decidir en las próximas semanas cuál es la mejor opción de futuro para Yerry Mina. En principio, parece que lo mejor sería una cesión del colombiano a otro club para que, alejado de la presión y los focos del Camp Nou, se aclimate al exigente y rápido fútbol europeo.

Con minutos de juego y continuidad, Mina podría reforzar sus cualidades y pulir los déficits que lo penalizan, a día de hoy, en Europa. Por supuesto, en un equipo cuyo técnico confíe en él y que tenga una apuesta futbolística lo más parecida posible a la del Barça.

Será el máximo responsable del fútbol blaugrana, el mánager general Pep Segura, que deberá decidir cómo queda su organigrama -está pendiente el futuro del secretario técnico Robert Fernández- deberá tomar la última decisión al respecto tras conversar con Valverde.