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La guerra de la Superliga: así se decidirá el futuro del Barça en la Champions

El Comité de Ética, Control y Disciplina de la UEFA, formado por 16 miembros, será el encargado de decidir la posible expulsión de la Champions

El TAS podría suspender cautelarmente la sanción de la UEFA, mientras que la UE difícilmente culpará a la UEFA de monopolio

La Superliga, la historia detrás de la historia

La Superliga, la historia detrás de la historia / Perform

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Tres inspectores designados por la UEFA, uno por cada club ‘rebelde’ (Barça, Real Madrid y Juventus) han trasladado ya sus informes al Comité de Control, Ética y Disciplina de la UEFA, el órgano que deberá resolver el futuro de los tres clubes en la competición.

En primera instancia, de este cuerpo formado por 16 miembros (trece hombres y tres mujeres) dependerá que Barça, Madrid y Juventus puedan competir en la próxima edición de la Champions.

La UEFA informó oficialmente de que después de recibir el informe de los inspectores sobre una “posible violación del marco legal”, abre un expediente sancionador a Barça, Real Madrid y Juventus, los tres clubes que aún siguen fieles al proyecto de la Superliga. 

A partir de ahí, se abren varios escenarios: el más duro comportaría una sanción deportiva, que impediría a Barça, Madrid y Juventus competir en Europa las próximas dos temporadas. El asunto, sin embargo, podría quedarse en una sanción económica.

¿Pero cuáles son los plazos y los procedimientos en lo que resta de proceso?

Los tres clubes afectados ya tienen en su poder el informe de los inspectores: ahora, son los clubes los que deben redactar su postura y su argumentario (su ‘statement’, según la declaración oficial de UEFA) y remitirla al Comité de Control, Ética y Disciplina. 

Cuando dicho comité tenga toda la documentación, será el encargado de resolver y dictar sentencia. Desde un punto de vista estrictamente jurídico, el futuro de Barça, Madrid y Juventus está en manos de este comité

Los plazos no están definidos, pero debería resolverse en cuestión de semanas porque el calendario de competición no espera: el sorteo de la fase de grupos de la próxima Champions está previsto para el 26 de agosto. 

El Comité de Control, Ética y Disciplina de la UEFA lo preside un juez austriaco, Thomas Partl. Tiene 77 años y ocupa el cargo desde 2006. 

Los dos vicepresidentes son Jim Stjerne Hansen (Dinamarca) y Sándor Berzi (Hungría). Completan el comité Jacques Antenen (Suiza), Bobby Barnes (Inglaterra), Julius Becker (Alemania), Miguel García Caba (español, es el encargado de los servicios jurídicos de la RFEF), Madalina Diaconu (Rumania), Neil Doncaster (Escocia), Nils Fisketjon (Noruega), Joao Carlos Ferreira (Portugal), Hans Lorenz (Alemania), Aine Power (Irlanda), Rudolf Repka (República Checa), Cecilia Sasic (Alemania) y Joel Wolff (Luxemburgo).

Todos son nombrados por el comité ejecutivo de la UEFA por un periodo de cuatro años. 

La UEFA aclara que por norma general, este comité toma las decisiones de manera colegiada. “Sin embargo, está facultado para tomar decisiones si al menos están presentes tres de sus miembros y en algunas circunstancias, el presidente, uno de los vicepresidentes o uno de los otros miembros pueden tomar una decisión como jueces únicos”, apunta también la UEFA. 

¿El TAS es la solución final?

Cuando se publique la sanción, los tres clubes implicados podrán recurrir al comité de Apelación de la UEFA y en última instancia, al TAS. El Tribunal de Arbitraje Deportivo, con sede en Lausana (Suiza) tendría potestad para suspender cautelarmente la sanción, mientras estudia el caso, un detalle relevante porque podría permitir a Barça, Madrid y Juventus participar en la próxima Liga de Campeones mientras se resuelve el caso. 

El TAS ya falló a favor del Manchester City cuando el club inglés fue excluido de la Liga de Campeones en febrero de 2020, por no haber cumplido el ‘fair play’ financiero.

¿Cuál es el papel de la Unión Europea?

Uno de los argumentos esgrimidos por los clubes de la Superliga es que la UEFA actúa como un monopolio a la hora de organizar torneos de fútbol en Europa.

Con ese reclamo, el caso podría llegar a los tribunales europeos, pero según algunos juristas, sería difícil que prosperase porque la UE siempre ha reconocido la especificidad del deporte y no lo consideraría como un monopolio empresarial, hecho que sí podría aplicarse si se tratase de otro tipo de actividad