Solskjaer, un milagro al volante

"En Noruega solemos decir que no existe esa cosa llamada mal tiempo, solo ropa mala”. Ole Gunnar Solskjaer (Kristiansund/46 años) siempre se ha encontrado cómodo en medio de la tormenta. Como futbolista Ferguson tiraba de él cuando todo parecía perdido. Como entrenador solo ha hecho que agrandar su leyenda de eterno revulsivo. 

Desde que cogió al equipo en diciembre en Old Trafford resuena su nombre en cada partido. “Ole’s at the Wheel, Ole’s at the wheel, tell me how good does it feel” (Ole está al volante, Ole está al volante, dime cómo de bien se siente) le canta la hinchada. Con él ha vuelto al club la aroma del United de ‘Sir Fergie’

El espíritu del never-said-die (nunca te rindas) que la generación de los GiggsScholes y compañía hizo eterno el 26 de mayo de 1999 en la final del Camp Nou.

Con él se han liberado jugadores como PogbaLingard y Martial. “Ha devuelto la confianza al equipo y ahora somos un grupo”. anuncian los jugadores. 

La tensión de la etapa Mou ya es historia. Y la afición vuelve a disfrutar del vértigo ofensivo que hizo popular al United. También de remontadas históricas como ocurrió ante el PSG en los octavos.

El cambio ha sido tan radical que Solskjaer ha pasado de interino a renovado por tres años. Sus números subrayan el cambio de tendencia: 15 victorias, dos empates y cuatro derrotas (44 goles a favor y 19 en contra).

“Este es el United de verdad; Solskjaer nos ha traído un poco de alegría”, anunció De Gea. Su gran reto, ahora, es construir su propia historia más allá de la nostalgia de los noventa. 

“Este es el trabajo que siempre soñé. Desde el primer día me he sentido como en casa en este club tan especial”, anunció sin desprenderse, ya con 46 años, de esa cara de niño que le valió el apodo de ‘baby faced assassin’ (asesino con cara de niño).   

EL NIÑO QUE NO PODÍA SUBIR AL TOBOGÁN

“Es bonito tener un mote. Cuando llegué a la Premier parecía muy joven, pero también podía ser un diablo. Si tenía que pegarle al tobillo a alguien lo hacía. Me acuerdo ir de vacaciones a Mallorca, y tenías que medir 1’40 o tener 15 años para subirte al tobogán, y no me dejaron subir. Tardé mucho en pegar el estirón; me empecé a desarrollar a los 20”, recuerda en una entrevista para la revista ‘Four Four Two’.  

Ironías de la vida, su padre iba sobrado de envergadura: fue campeón de lucha grecorromana. Ole también lo intentó, practicó entre los ocho y los diez años, pero la vida le llevó a hacer historia en el fútbol. Primero en el Molde. Y más tarde en el United, donde jugó 366 partidos y marcó 126 goles durante 11 temporadas.

En el campo era el más listo de la clase. Un delantero intuitivo con una definición clínica. Sus números no han impedido que le recuerdan a menudo que de pequeño le tiraba el Liverpool. Él se defiende con flema británica. ”Con los años te das cuenta de que la única respuesta que puedo dar… es que nunca lo he confirmado”. Estos días una de las comidillas en Inglaterra es la casa de Solskjaer, hasta hace unos meses alquilada por el central ‘del Liverpool Virgil van Dijk. El holandés, por cierto, se ha tenido que buscar la vida. 

"¿Y TÚ, QUÉ HACES AQUÍ?"

Solskjaer llegaría al club tras la dolorosa negativa de Alan Shearer a Ferguson. Los dos goles que marcó con Noruega a Azerbayán impresionaron al United. Ole se marchó a Manchester junto al propietario del Molde en un jet privado Y de ahí se fue hasta Old Trafford, donde completó el clásico tour como un turista más. Al terminar, el guía le preguntó: ¿qué haces aquí? A lo que él respondió: he venido a signar un contrato. Y así fue con el bolígrafo del guía, por cierto. 

El plan era que estuviera los seis primeros meses con el filial. Pero una lesión de Andy Cole aceleró las cosas. La leyenda empezaría con un tanto en su debut ante el Blackburn. Y pronto la afición le dedicaría una canción. Ole ya era oficialmente uno de los suyos. 

“You’re my Solskjaer, my Ole Solskjaer, you make me happy, when skies are grey, oh Alan Shearer was fucking dearer, so please don’t take my Solskjaer away” (Tú eres mi Solskjaer, mi Ole Solskjaer. Tú me haces feliz cuando el cielo está gris, oh Alan Shearer era jodidamente caro, así que, por favor, no me quites mi Solskjaer”).

"NO SE LO DIGAS A MI MUJER"

Su momento, el que todo futbolista ha fantaseado alguna vez, llegaría en la final de Champions de 1999 en el Camp Nou. Ese día sería reserva como de costumbre. Pero antes de hacer un milagro en el minuto 93 quería matar a Ferguson.

“En la media parte se puso a hablar con Teddy [Sheringham] y eso me cabreó. En mi cabeza pensaba: He marcado 17 goles para ti esta temporada, la mayoría saliendo desde el banquillo… ¿y no vienes a hablar conmigo?”. 

Más tarde entendería el plan de Fergie. “Esa fue su manera de motivarme, de que saliera al campo a demostrarle que estaba equivocado”. Lo que pasó en el 93’ ya es historia de este deporte. Ole tumbando al poderoso Bayern y una celebración que fue una completa locura. 

“Lo primero que se me pasó por la cabeza fue; ¿estaba en fuera de juego? Pero luego fue un caos. Tensé tanto los ligamentos  en la celebración  [se lanzó al césped de rodillas] que no pude jugar un par de partidos con la selección. Todavía ahora me viene gente que me dice: no se lo digas a mi mujer, pero fue la mejor noche de mi vida”.