LA ENTREVISTA

Quique Costas: "Seguiré vinculado al mundo del fútbol"

Después de 43 años al servicio del Barça, Costas pasa a la reserva. Profesionalidad y compromiso fueron dos constantes en su longeva carrera culé 

Costas ha dejado de trabajar para el Barça, pero seguirá la actualidad futbolística a la espera de nuevos retos

Costas ha dejado de trabajar para el Barça, pero seguirá la actualidad futbolística a la espera de nuevos retos / sport

David Salinas

Enrique Álvarez Costas (Vigo, 16 de enero de 1947) cerró la semana pasada su segunda etapa en el FC Barcelona. Llegó a finales del curso 1970-71 y colgó las botas después del curso 1979-80. Exploró entonces el mundo de los banquillos y el de la coordinación deportiva. Siempre en el Barça. Un total de 43 años ligado a unos colores que lleva en lo más hondo de su corazón.

Aterrizó en abril de 1971 y…

Jugué la Copa. Antes, una vez terminada la Liga, empezaba el torneo del KO. Llegamos a la final, en Madrid y contra el Valencia, que era un gran equipo.

Ganaron.

Sí, fue un partido muy emocionante que se definió en la prórroga gracias a un gol de Alfonseda. Recuerdo el recibimiento que nos dispensaron en el Hotel Barajas, donde nos concentramos, y el del día siguiente, en Barcelona. Espectacular.

Se hizo con la titularidad desde el primer día.

Bueno, las cosas salieron bien desde el principio, aunque sufrí una lesión importante en el Gamper de 1972.

Rotura del menisco y ligamentos cruzados de la rodilla derecha…

Fue contra el CSKA de Sofía. Pasé por el quirófano. Un mal recuerdo, sin duda alguna.

Pero volvió…

Sí, recuerdo que fue en un amistoso contra el Esparraguera. Fuimos a inaugurar la iluminación artificial del campo. Cada vez que pasó por allí me acuerdo de ese día.

Además de la Copa de 1971 ganó una Finalísima de Ferias (1971), una Liga (1973-74), una Copa (1977-78) y una Recopa de Europa (1978-79).

Cinco títulos en nueve temporadas. Fueron años complicados.

Dijo adiós junto a Toño de la Cruz.

Sí, colgamos las botas al final de la temporada 1979-80 y nos hicieron un partido de homenaje en septiembre de 1980, contra el Internacional de Porto Alegre (2-2).

¿Y después?

El Barça nos ofreció la oportunidad de entrar en su estructura deportiva.

Tuvo que sacarse el carnet de entrenador.

Sí. Estudié para entrenador y para poder entrar a trabajar en el Banco de Santander, donde estuve varios años. Por las mañanas en la entidad bancaria y, por las tardes, con los chavales.

¿En qué equipo empezó?

En el Juvenil B. Entonces había tres juveniles. En el A estaba Lluís Pujol y en el C, Toño.

Y fue ascendiendo…

Poco a poco. Pasé por todas las categorías y llegué al filial, el Barça B, la temporada 1989-90, hasta la 1996-97. Volví en otras dos ocasiones, 2000-03 y 2005-07. Vivimos de todo. Desde la alegría indescriptible del ascenso a la siempre amarga decepción del descenso.

Y dejó la primera línea de fuego.

Sí, pasé a labores de despacho, aunque nunca he dejado de ver partidos, seguir jugadores… También estuve un tiempo coordinando a todos los ojeadores del club en España.

¿Y ahora? ¿Cómo será la vida sin el Barça?

Pues no lo sé… Llevo muy poco tiempo. Pero intentaré adaptarme a las nuevas circunstancas. Lo que tengo claro es que intentaré seguir viendo fútbol y entrenamientos.

Los que van a ganar en el cambio serán sus nietos…

¡Pues tengo siete! La verdad es que mi relación con ellos seguirá igual. Somos muy familiares y solemos vernos con frecuencia. Estamos muy unidos.

Lo cierto es que se va el padre, pero la saga continúa…

Sí, mi hijo Quique está en el cadete. Mi otro hijo, Óscar, está en la secretaría técnica del Llagostera. Ambos tienen el carnet de entrenador y ojalá tengan una exitosa carrera en esta faceta.

Con sinceridad, ¿pensaba en seguir otro año?

Sí. La palabra jubilación no me gusta pero tengo la edad… Antes, sin embargo, pensé en dejarlo. La muerte de Tito me afectó muchísimo. Pero la llegada de Roura y Altimira al fútbol base me animaron a seguir. A ambos los había tenido en mi etapa de entrenador.

Hasta que llegó el momento…

Ya me lo temía cuando no me ingresaron la nómina. Entonces hablé con un administrativo y me lo confirmó.

¿Se va bien?

Sí. Fue una alegría que me llamara la secretaria del presidente y pudiera verme con él. Me lo comunicó el propio Bartomeu en persona. No fue un adiós frío.

¿Costas deja definitivamente el fútbol?

¡No! El fútbol siempre será una de mis grandes pasiones. Seguiré viendo fútbol, jugadores… y si sale alguna oferta, voy a estudiarla. Estaré ligado a este deporte de forma altruista o profesional, pero ligado. Seguro.