Messi, cara; Undiano Mallenco, cruz

Parece mentira que un colegiado tan experimentado y curtido en mil batallas como es el trencilla navarro Undiano Mallenco lea tan mal un partido de esta trascendencia, igualdad, rivalidad... y muestre un criterio tan injusto y desigual a la hora de mostrar cartulinas amarillas. Cometió errores de bulto como, por ejemplo, no castigar con tarjeta la dura entrada de <strong>Enzo Pérez</strong> a <strong>Andrés Iniesta</strong>, a quien lesionó de gravedad. E incomprensible, desde luego, que no amonestara a Mario Suárez después de un plantillazo a André Gomes. También erró gravemente, perjudicando al Valencia, al no anular el primer gol de Messi, acción en la que Luis Suárez estaba en fuera de juego y molestaba al meta Alves en la trayectoria del balón. No supo detener la dureza de los jugadores del Valencia y, sin embargo, fue excesivo con sus amarillas a Digne, Neymar y Messi, a este por protestar. En su haber, si acaso, la valentía a la hora de señalar pena máxima a favor del Barça en el tiempo añadido.

Como casi siempre, la personalidad del tridente, que se unió en la última acción del partido para fabricar el penalty que acabó dando los tres puntos al Barça, salvó a un equipo que empezó dominando con autoridad, hizo un gran primer tiempo pero, sin embargo,se durmió en un segundo tiempo donde el Valencia supo darle la vuelta al marcador. Luis Suárez, gris en una gran parte del encuentro, expulsó toda su rabia en el remate con la zurda que valió el empate. Y Messi, claro, apareció en el añadido para echarse al equipo a la espalda y asumir la responsabilidad de darle al Barça los tres puntos. Un Barça donde destacó la autoridad de Umtiti, el gran trabajo de Rakitic en la zona ancha y la movilidad de Neymar. Eso sí, <strong>Messi </strong>volvió a ser determinante.