Vila-Matas: "Bartomeu es resistente pero ha hundido al Barça por el camino"

Gritos contra Bartomeu en la ofrenda floral del Barça

Gritos contra Bartomeu en la ofrenda floral del Barça / DEPORTES CUATRO

Dídac Peyret

Dídac Peyret

La figura de Enrique Vila-Matas (Barcelona, 72 años) sugiere distancia y misterio. Es corpulento. Habla bajito y tiene la timidez de los altos. Pero la dureza de su expresión suscita ternura cuando sonríe. Sus ojos, pequeños pero incisivos, se hunden entre sombras como un personaje de novela negra. El día, lluvioso y cambiante, encaja con un Vila-Matas inquieto y pendiente de la mascarilla. Hay en él un temor latente a la pandemia. Pero no pierde el hilo de la conversación. A veces se queda en silencio, pero insatisfecho con su respuesta, interrumpe la siguiente pregunta para editar lo dicho como si estuviera inmerso en un proceso de escritura permanente. 

¿Qué le parece el fútbol sin público?

Yo me acostumbré enseguida, sinceramente [sonríe]. Quizás porque entré por el lado alemán. Tan sobrios, tan fríos. Y cómo tampoco conozco mucho al público alemán, pues entré suavemente y no fue un cambio tan brusco. Cuando vuelva el público será para nosotros un espectáculo nuevo y una cosa alucinante. Yo ahora cuando veo imágenes de un campo lleno de gente gritando me parece una cosa de otro mundo. Volver a eso sí que será una experiencia nueva. 

¿Ha cambiado su mirada de los partidos?

Mi mirada se ha ido al oído. A escuchar las cosas que dicen. Pienso en el partido de España contra Ucrania, que se escuchaba a Luis Enrique todo el rato sin parar. Tengo en la cabeza el contraste con el partido del Barça con el Bayern en el que, por algún motivo misterioso, el entrenador no dijo ni mu. No sé si es que ya no se atrevía a decir nada o se sabía despedido ya antes del partido. 

¿Con qué imagen se queda de Setién?

Humanamente es un personaje rico pero como entrenador está por debajo de Valverde. Para mí el gran fallo fue quitar a Ernesto. Aseguraba bien la defensa y sabía lo que tenía. Me parece que fue inoportuno e injusto echarlo. Fue un cambio nefasto. Creo que lo hicieron para dar un golpe de mano con Xavi y ganar a Víctor Font pero les salió mal. Les dijo que no. Y entonces se quedaron sin uno y el otro y llegó Setién. 

Usted escribió que Valverde le parecía un entrenador admirable...

Me parece una persona divertida y sensata. Me gustaba ver cómo sonreía cuando le preguntaban cosas del Madrid y cómo sabía salir de esas situaciones. Lo conocí cuando era jugador del Espanyol. Vino a una conferencia, apareció con gafas y hablamos un rato. 

¿De qué hablaron entonces? 

Discutimos pero había copas de por medio [risas]. Fue en un bar de General Mitre. No recuerdo mucho el tema pero me acuerdo muy bien de que estábamos en desacuerdo [sonríe]. Se notaba que sabía hablar. Y años más tarde me lo encontré en la Diagonal cuando era entrenador del Barça. 

¿Le paró usted por la calle? 

No. Él iba camuflado, con gafas, con los niños...  Y nadie le paraba pero vino hacia mí y me dijo: ‘¿Es usted el señor Vila-Matas? Si ve a Bernardo Atxaga dele recuerdos’. Me sentí con la ilusión de un niño al ver que me saludaba el entrenador del Barça. Atxaga es un escritor vasco con el que teníamos relación.  Y sé que en un partido entre el Zaragoza y el Espanyol, Pardeza, que es un gran lector, le  preguntó a Valverde si lo conocía ¡Durante un partido! También conocí al hermano de Valverde, que vive en Vitoria y es dibujante. 

Messi es uno de los que se sintió más incómodo con la salida de Valverde; ¿le ha sorprendido que meses después diga que se quiere ir?

Me sorprendió cuando lo anunció, pero estoy de acuerdo con él en todas sus quejas sobre el proyecto deportivo. Es muy fuerte que no se haya hecho algo bueno en cinco años. A partir del despido de Zubizarreta, para mí, deja de haber director deportivo y se compra al tuntún en el mercado. Sobre todo jugadores que juegan en el mismo lugar que Messi como Griezmann o Coutinho. El otro día con Francia, Griezmann marcó un gol fantástico que no se atrevería a hacer delante de Messi. Este gol no lo ves en el Barça. 

¿Es malo para el Barça que Messi siga en estas circunstancias?

Si hubiera estado en el sitio de Bartomeu habría dejado que se marchara libre este verano. Yo creo que es un handicap.  Porque va impedir que otros jugadores tomen más la iniciativa y se juegue más como un equipo. También creo que tenía derecho a probar otras cosas después de todo lo que ha hecho por el Barça y como lo ha sostenido. Desde el punto de vista de la elegancia lo bueno habría sido dejarle marchar y crear un nuevo equipo. 

¿Hay que dejar de pensar en el Barça de Messi y pensar en el Barça con Messi?

Sí. Para mí pasa por eso. Y porque Messi tenga un rol como el que tenía el falso nueve de la España que ganó un Mundial.

Esto Guardiola ya lo vio. Cuando se dio cuenta de que jugando por la derecha el Barça sufría defensivamente lo puso más por dentro...

Y no solo eso. Hay que aprovechar su capacidad goleadora. Y eso para por acercarlo más al área y que no se desgaste tanto en el centro del campo.

A Messi los argentinos lo veían muy catalán pero este verano se ha vuelto a ver otra vez a alguien de sangre caliente y arrebato... 

[Risas]. Es que Messi es muy argentino. Mantener el acento genuino, impecable, viviendo aquí es una de las cosas más asombrosas de Messi. Significa que es muy familiar y que se ha mantenido en un círculo pequeño. La imagen que él cuenta, que toda la familia lloraba cuando les dice que se va de Barcelona, la veo muy de Los Simpson [risas]. Ahora estamos en una situación muy difícil. Cruyff decía que no podían estar dos jugadores como Messi y Neymar juntos en un equipo.  Pero es mucho peor para el club que tengan que convivir Messi y Bartomeu. 

¿Le parece Bartomeu una persona hábil en la adversidad? 

Es hábil y resistente para mantenerse pero ha hundido por el camino al Barça. Y los que somos del Barça queremos básicamente que gane el equipo.

¿Le ilusiona la figura de Koeman?

A mí me gusta como entrenador y me gustaría que estuviera mucho tiempo. No veo tan claro que haya llegado el momento de Xavi. Me gusta la seguridad en sí mismo que me transmite Koeman.  Pero tiene poco tiempo. Me parece misterioso que haya aceptado venir con la situación cómoda que tenía con Holanda. Pero si ha aceptado es que debe creer que esto va a ir bien.

¿Le parece un entrenador Cruyffista?

No. Pero también estaría bien que fuera él mismo.  Lo veo un holandés más en la línea de  Van Gaal que de Johan. Pero tiene demasiados cromos repetidos en la plantilla. Quería colocar a Griezmann en su sitio pero al final se queda Messi. Hay demasiados mediapuntas. Solo falta Arda Turan para que ya estemos todos [sonríe]. ¿Qué proyecto puede haber si Bartomeu es también el director deportivo?