El Barça, en casa del mejor goleador de la historia

Bican acreditó 805 goles en 530 partidos

Bican acreditó 805 goles en 530 partidos / SPORT

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Como tantos otros jugadores de la primera mitad del siglo XX, su vida deportiva quedó marcada por el estallido de la Segunda Guerra Mundial, pero sus cifras goleadoras siguen brillando con luz propia: la historia ha coronado a Josef Bican, vienés de origen checo y mito del Slavia de Praga, como el mejor goleador de todos los tiempos.

La Federación Internacional de Historia y Estadísticas del Fútbol (IFFHS) documentó que Bican marcó 805 goles en 530 partidos oficiales, por 772 de Romario y 767 de Pelé, y lo nombró oficialmente como mejor goleador del siglo XX. Otros historiadores amplían la cifra hasta los 1.468 goles en toda su carrera, aunque muchos de sus goles no están documentados.   

Nacido en Viena en 1913, en el seno de una humilde familia de origen checo, Bican (apodado ‘Pepi’ desde sus primeros meses) se unió en 1925 al equipo en el que había jugado su padre, el Hertha de Viena.

Tenía doce años y le pagaban un penique por cada gol que metía. A los 18, su talento goleador ya había llamado la atención de uno de los grandes clubes de la ciudad, el Rapid. Allí se dio a conocer al mundo futbolístico: en cuatro años jugó 49 partidos y marcó 52 goles, que le permitieron jugar 30 partidos con la selección austriaca.

En 1934 disputó el Mundial de Italia con Austria, compartiendo equipo con otro mito, Matthias Sindelar, el ‘Mozart’ del fútbol, y en 1935, firmó por el Admira de Viena, gran rival del Rapid. 

de viena a praga

Pero dos años después, en 1937, Bican tuvo que huir de su ciudad natal para refugiarse en Praga: el ascenso de Hitler comenzaba a ser una amenaza demasiado seria y Bican entró a formar parte del Slavia, el club en el que se convertiría en una leyenda de la historia del fútbol. Jugó 217 partidos en el Slavia y anotó 395 goles: un promedio de 1,8 goles por partido. Adquirió la nacionalidad checoslovaca, lo que le permitió jugar con una nueva selección. 

Los entrenamientos de Bican en el Slavia eran tan espectaculares como sus partidos: solía colocar botellas vacías sobre el larguero y disparaba desde la frontal del área. Las crónicas cuentan que acertaba en nueve de cada diez botellas

Sin embargo, Bican fue probablemente el jugador más perjudicado por el estallido del gran conflicto bélico del siglo: entre 1939 y 1944 fue el mejor delantero de una Europa que se desangraba entre balas y bombas. Muchas ligas europeas dejaron de disputarse y algunos de los mejores jugadores del momento tuvieron que irse al frente.

rápido, ambidiestro y con un sutil toque de balón

Siempre quedará la duda de qué hubiera pasado con Bican en un fútbol sin guerra de por medio, pero sus cualidades físicas y futbolísticas están bien documentadas. Corría los 100 metros en 10,8 segundos (Jesse Owens ganó el oro en Berlín’36 con una marca de 10,3), era ambidiestro y su toque de balón era extraordinario, forjado, según algunos historiadores, en su dura infancia, cuando jugaba al fútbol en la calle descalzo: en aquellos años desarrolló una gran sensibilidad a la hora de tocar el balón. 

Concluida la Segunda Guerra Mundial, Bican recibió una jugosa oferta de la Juventus. Pero la rechazó por motivos políticos: temía que el comunismo se adueñara de Italia. El destino quiso que fuese precisamente Checoslovaquia la que cayera en manos del comunismo en 1948. Siempre alejado de la política, Bican rechazó afiliarse al Partido Comunista, negativa que le traería problemas: en 1950 se fue a jugar al Viktovice, de Segunda división, y en 1951, al Hradec Kralove, pero el gobierno comunista le obligó a regresar al Slavia (llamado Dynamo en aquel momento), donde se retiraría, a los 42 años, en 1955.

la vida después del fútbol

Colgadas las botas, firmó una discreta carrera como entrenador (Slovan Liberec, Spartak Brno, Banik Pribram, Hradec Kralove, Kladno, Tongeren de Bélgica y Benesov). Después del fútbol, siguió trabajando: fue obrero, conductor de autobuses y cuidador de animales en un zoo. Falleció en una clínica de Praga el 12 de diciembre de 2001, a los 88 años. Está enterrado en el cementerio de Vysehrad de la ciudad de Praga.