Anty García: la lucha continúa

Anty, en un partido contra el L'Hospitalet en el Mini

Anty, en un partido contra el L'Hospitalet en el Mini / ARCHIVO ANTY GARCÍA

David Salinas

David Salinas

Hace más de seis años que a Antonio García González, Anty (Barcelona, 17-05-1968), ex futbolista del FC Barcelona, le diagnosticaron ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Y hace más de seis años que sigue batiéndose en el partido más importante de su vida con la misma vitalidad que lo encaró. No se rinde. Ni se rendirá. “Siempre he sido un luchador y esta vez con más motivo, tengo delante un duro rival. ¡Veremos quién vence a quién”, asegura en su libro “Míster: ¿Por qué yo no? Mi vida en 90 minutos”.

Anty, en las 160 páginas del volumen, detalla su trayectoria deportiva desde la cantera del Centro Deportivo Badía hasta el Vidreres, pasando por la Selección Infantil Catalana, el fútbol formativo del Barça (Juvenil y Amateur), Damm, Villarcayo Nela, Igualada, Blanes, Premià, Milán-Gramenet y Mataró. Rescata los buenos momentos, también las decepciones, y expone, con transparencia, sentimientos y todo el abanico de los estados de ánimo. Una lección de vida.

La ELA, enfermedad degenerativa de tipo neuromuscular, se le presentó el 4 de agosto de 2014 y, desde entonces, etapa por etapa, afronta la dolencia aplicando las enseñanzas adquiridas en su etapa de jugador: disciplina, esfuerzo, positivismo, trabajo en equipo… Colgó las botas con 27 años y, en octubre de 1995, por mediación de su amigo Micki Fernández, entró en la Escuela Deportiva Brafa, donde sigue actualmente.

El fútbol, su vida

Anty es el responsable del Alevín y Benjamín y forma tándem con su hermano David, “pieza clave para el funcionamiento de los dos equipos por su gran trabajo y experiencia. Sin él sería imposible mi participación en el proyecto”, asegura. Y es que Anty no puede hablar, pero gracias a Sira, su pareja, David interpreta las instrucciones que facilita a los chavales y se las transmite. “Es una combinación perfecta y peculiar, pero funciona genial”, apunta.

Los jueves los dedica a las sesiones preparatorias y los sábados, a pie de campo, sigue las evoluciones de sus pupilos en los partidos. Los pequeños normalizaron la situación rápidamente y, en ocasiones, apenas basta una mirada para el entendimiento entre entrenador y jugador.

Además de preparar los partidos desde la vertiente táctica, Anty concede una importancia capital a los valores. Fomenta el sacrificio, la unión entre compañeros, el respeto dentro y fuera del campo y “hacerles entender que el fútbol y el deporte en general los ayudará en la vida, seguro. Yo lucho ahora como me enseñaron cuando jugaba, no puedes ni debes rendirte ante las adversidades”. También está al frente del equipo senior desde hace más de 20 años.

Sira, una heroína

En su domicilio, igualmente, mantiene la máxima actividad posible. En el ordenador prepara los entrenamientos de sus dos equipos y es muy activo en redes sociales gracias a las nuevas tecnologías para poder interactuar. Sale siempre que puede de casa para no caer en la rutina. Toda la actividad que hace es gracias a Sira, de quien afirma que es “una auténtica heroína, la piedra angular de que yo siga vivo y pueda seguir relacionado con lo que más me gusta en el mundo: el fútbol”.

Sira es su ángel de la guarda. “Gracias a su esfuerzo y plena dedicación hacia mí en todos los sentidos, anteponiendo todo a sus intereses propios, puedo seguir con mi actividad de siempre”, confiesa Anty, que también tiene palabras de agradecimiento para la Agrupació de Jugadors del FC Barcelona: “De la mano de su presidente, Ramon Alfonseda, y de mi amigo Carles Rexach –fue su entrenador en la Selección Infantil Catalana y en el Juvenil azulgrana– me están ayudando en todo lo que necesito. Demuestran la grandeza del club y su solidaridad con uno de los suyos”.

Anty no olvida que la Agrupació y el Barça “no me han dejado solo ante la adversidad, me ayudaron y me enseñaron el camino cuando era jugador. Me dieron la oportunidad de vivir un sueño y ahora me siguen enseñando que no abandonan a uno de los suyos”.

motivaciones

Hoy, una de sus mayores motivaciones es poder ser el entrenador de su sobrino David García en el equipo Benjamín de Brafa. Verlo crecer, disfrutar con el fútbol, es para Anty un gran estímulo. “Es como si estuviera viéndome a mí mismo cuando empezaba a jugar. Quiero ayudarlo en su formación junto a su padre. Sería lo máximo”.

La lucha contra la ELA sigue. “Es dura y desafiante, pero vale la pena pelear sin desfallecer. Por mí y por las personas de mi entorno que me quieren y creen en mí. Y me consta que son muchas”. 

Valorar las cosas, los momentos que da la vida, perseguir los sueños –el del niño Anty ser profesional del fútbol–, hacer frente a los contratiempos, vivir… Un cóctel de sentimientos cristalinos, narrados a corazón abierto. Esta es la esencia del libro, que se puede conseguir a través del propio autor (tongar68@hotmail.comantygarcia8.com o en Twitter: @tongar68). Una lectura que no deja indiferente a nadie.