BAYERN

Guardiola: "Nos haremos daño"

El Bayern Múnich inauguró ayer la pretemporada con una inesperada derrota frente al Augsburgo

Guardiola: "Nos haremos daño"

Guardiola: "Nos haremos daño" / sport

Robert Wulff

Bastian Schweinsteiger, aquel jovenzuelo que a los 18 años fue descubierto en los vestuarios del viejo Olympiastadion tomando un baño con una ‘amiga’ y fue presentado poco después como el líder del Bayern del nuevo siglo, abandonó Múnich y dejó tras de él una sensación de vacío que sus ya ex compañeros no ocultaron. Y que devuelve al plano la difícil relación de Pep Guardiola con sus cracks.

“Me marcho porque nos haremos daño” dijo Guardiola para argumentar su adiós del Barça en el verano de 2012. Se refería, se supone, a la difícil relación que mantenía con el vestuario azulgrana al cabo de cuatro temporadas al mando del mismo. Tres años después parece que el daño se lo están haciendo en el Bayern a la vista de los sucesos que se han ido repitiendo en el seno del club.

Se marcha Schweinsteiger un año después de hacerlo con malas palabras Mandzukic y con Müller o Götze en el plano por sus diferencias con el entrenador catalán. En Múnich, a la vista está, no es todo felicidad…

“Schweini no se habría marchado. De haberse sentido querido y respetado profesionalmente, de no haber visto como le apartaban de su puesto en el campo, Bastian seguiría aquí” se escuchó el viernes en el graderío del Allianz Arena, donde la hinchada del campeón bávaro recibió a su equipo con la pasión de siempre… Y con un poso de indisimulada decepción por la salida en falso del club de uno de los suyos.

Porque Schweinsteiger, nacido en Kolbermoor y criado en el Bayern es un bávaro por los cuatro costados y hasta el sábado era el representante con más recorrido en la primera plantilla del campeón. Y ahora ya es la última víctima, si puede llamarse así, de Pep Guardiola.

El medio se marcha a Manchester una semana después de que Volker Struth, representante de Mario Götze acusara al entrenador catalán de haber “destruido” al joven centrocampista germano, al cabo de pocos días de conocerse el último encontronazo entre Guardiola y Müller en un entrenamiento, cuando sus diferencias con Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt (histórico médico del club) siguen dando que hablar y sin que desaparezca del plano la incomodidad de Lewandowski en el campo, por mucho que de momento no haya pasado de ser un simple rumor, para muchos malintencionado, el hablar de diferencias entre el delantero polaco y el técnico.

“Cuando se acabará esta mierda” le gritó Müller a Guardiola en el Camp Nou la noche en que el Barça aplastó al Bayern, el pasado mes de abril en la Champions League. “No me tomaría ni un café con él. Me trató mal y no me respetó” le disparó Mandzukic al abandonar el club en el verano de 2014 para fichar por el Atlético de Madrid.

“Te deseo suerte en tu nuevo club” le contestó Pep al delantero croata cuando su enfrentamiento provocó que no le convocase para la final de Copa de 2014. Para muchos, Guardiola fue tan desagradable en su vocabulario como injusto en su decisión, retocando el equipo y condenando a un delantero que había dado lo mejor de sí mismo a las órdenes de Jupp Heynckes un año antes. Como también se marchó Kroos al Real Madrid...

En Barcelona se vivieron años de éxitos y felicidad para la hinchada. Pero de puertas adentro la relación entre el entrenador y los jugadores fue cada día más difícil. Y esa situación que se vivió en el Camp Nou es la que se se sospecha comienza a instalarse ahora en el Bayern.