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Cómo mejorar la aerodinámica en bicicleta de carretera

Si contemplas el ciclismo solo como pasatiempo, no te habrás parado a pensar en la cantidad de energía que gastas en vencer la resistencia del aire sobre la bici. Mantienes el foco en pedalear y en completar las subidas que se presentan, soportando el peso. Y estás perdiendo de vista que muchas veces, en llano, incluso más energía de la que empleas en pedalear se te va en intentar vencer esa resistencia del aire.

Por eso es tan importante la aerodinámica, y por eso no hay profesional que no la tenga en cuenta. A medida que quieras mejorar tu desempeño y batir tus propias marcas personales, querrás saber más y más sobre este factor.

Aerodinámica en ciclismo: cómo funciona

La aerodinámica estudia la forma más adecuada para reducir la resistencia del aire en torno a objetos en movimiento. De todas las variables que afectan al rendimiento del ciclista, esta se considera una de las más importantes, ya que resta velocidad y complica el movimiento.

Así, cuando los ciclistas recorremos distancias, enfrentamos dos fuerzas poderosas con las que debemos lidiar: la resistencia a la rodadura y la resistencia aerodinámica. La primera surge debido a la fricción entre las ruedas y la superficie, mientras que la segunda es causada por las moléculas de aire que encontramos tanto frente a nosotros como alrededor de la bicicleta.

A medida que la velocidad aumenta o disminuye, la cantidad de potencia requerida para superar cada una de estas formas de resistencia varía constantemente-

A pesar de que ambas resistencias se comportan de manera similar a velocidades más bajas, la potencia necesaria para vencer la resistencia aerodinámica aumenta de manera significativa a medida que la velocidad se incrementa. A 30 km/h, aproximadamente el 76% de la potencia se utiliza para vencer la resistencia del aire, y a 40 km/h esta cifra se incrementa de manera impresionante, llegando al 90%.

Estos datos nos indican claramente que el viento se convierte en el principal adversario del ciclista, y cualquier mejora en la aerodinámica se traduce en una mayor velocidad, lo cual es especialmente relevante cuando no se está detrás de otro ciclista.

En ciclismo profesional, por lo tanto, son frecuentes las mediciones e innovaciones para contrarrestar este factor. La medida que se tiene en cuenta es la del coeficiente de arrastre, que indica la resistencia al aire sobre la bici. Para obtenerlo, se realizan pruebas especializadas en un túnel de viento y con softwares que procesan las variables en tiempo real.

Consejos para mejorar la aerodinámica en ciclismo de carretera

Las estrategias que se desarrollan para mejorar la aerodinámica tienen que ver con la posición del cuerpo, la forma del cuadro y las ruedas y neumáticos. Así pues, al desempeño del ciclista se suman variables más fáciles de medir y, en principio, más controlables.

Posición aerodinámica

Como recuerda el triatleta y experto en aerodinámica Álvaro Velázquez, en este artículo de Sport Training Magazine, el ciclista supone el 75% de la resistencia aerodinámica en el conjunto bicicleta-ciclista. La bici solo representa el 25%, luego es lógico centrar los esfuerzos en mejorar la posición para reducir tanto como sea posible el área frontal y las turbulencias.

El problema surge de la colisión con la comodidad: un ciclista no podría aguantar mucho en una posición totalmente aerodinámica, pues, además, podría afectar al mantenimiento de la potencia.

Las normas básicas para una posición aerodinámica que recuerda Velázquez son:

  • Apoyar los codos o antebrazos sobre el manillar.
  • Colocar las manos sobre las extensiones delanteras de los mangos.

Esta dos acciones bajan y estrechan el tronco, que debe quedar lo más horizontal posible para evitar la exposición del pecho. Los hombros ofrecen un área frontal menor.

Los brazos deben quedar más juntos que en la postura convencional, de manera que, visto desde delante, quedan cubiertos por las piernas. Se reduce así el ángulo entre tronco y fémur en el punto alto del ciclo de pedaleo, y se estiran más los músculos de la espalda y el lado posterior de las piernas.

Pero los factores anteriores contribuyen a la incomodidad del ciclista, por lo que las reglas básicas y generales hay que aplicarlas a las características y las sensaciones de cada cual. En ciclismo profesional, esto implica pruebas de campo y en el túnel de viento muy rigurosas.

El manillar

Es un componente importante y no solo por la resistencia que pueda ejercer, que será sustancialmente menor en un manillar especializado que en uno convencional. Es que, además, favorece una posición más aerodinámica al ciclista. El manillar es lo que más influye en que aerodinámica y comodidad puedan ir de la mano.

No hay una ciencia exacta para ajustar el manillar, sino que deberá estar adaptado a ti, a tu estilo de conducción y a lo que te permita obtener el mejor equilibrio entre aerodinámica y comodidad. Importa la anchura, altura, forma o hasta el tipo de material empleado.

Mucho se habla de los manillares integrados, una sola pieza de carbono que elimina elementos adicionales (como tornillos y cables) y, por extensión, reduce entre 50 y 100 g el peso. Las marcas aseguran que permiten ahorrar hasta 5,5 vatios a 45 km/h.

El cuadro

Como recuerda Velázquez, hace tiempo que se comprobó la efectividad de los tubos perfilados respecto a los redondos convencionales. La oscilación es de entre 30 segundos y dos minutos en velocidades de entre 40 y 50 km/h.

Las bicis aerodinámicas tiene un tubo superior plano y recto, a diferencia de otros modelos que lo tienen inclinado para ganar flexibilidad y comodidad.

Las ruedas

Decantarse por las ruedas más aerodinámicas no es fácil, porque, si bien pueden deparar diferencias de entre dos y tres minutos en una prueba contrarreloj, entran en juego otros elementos: afectan a la conducción y a la manejabilidad, y deben variar en función del terreno, el trazado del circuito y las condiciones del viento.

El estudio de estos factores queda relegado al ámbito profesional, porque, además, un aficionado no tendrá un juego de ruedas para cada una de las situaciones concretas que tenga que enfrentar. Pero empresas especializadas han alcanzado resultados llamativos fruto de pruebas exhaustivas, como que una rueda lenticular se comporta mejor ante el viento fuerte.

El equipamiento

Optar por un equipamiento adecuado es más fácil que cambiar ciertos componentes de la bicicleta o, más costoso aún, cambiarla por una nueva. Para que te hagas una idea de lo mucho que puede intervenir a la hora de mejorar la aerodinámica, la Unión Ciclista Internacional (UCI) ha prohibido el uso de ciertas prendas.

La licra es el tejido más aerodinámico por su capacidad de absorber la humedad y la comodidad que supone. Será mejor un mono que una conjunto de dos piezas, aunque intervienen las preferencias.

Otro punto importante es el casco. Los aerodinámicos, tan característicos, tienen un diseño capaz de motivar que el aire se deslice sobre la cabeza con la menor resistencia posible, y evitando las turbulencias. Algunos modelos cuentan con visera que favorecen todavía más la dispersión del viento.

En definitiva, la aerodinámica es muy importante en pruebas ciclistas como las etapas contrarreloj o el triatlón, donde diferencias de milésimas de segundo pueden cambiar los resultados. Como aficionado, no necesitarás pruebas muy exhaustivas. Pero, si te gusta ponerte a prueba en marchas cicloturistas o carreras de ruta, ten presente que la diferencia puede superar los 30 vatios de ahorro. Te puede convenir someterte a un estudio aerodinámico.

 


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