Open de Australia 2015

La niña que jugó al tenis por el vestido de Venus y con 14 años ganó a Serena

Madison Keys, de 19 años, es la revelación de este Open de Australia. La estadounidense, pupila de Lindsay Davenport, tiene una relación especial con las hermanas Williams

Madison Keys, la nueva sensación del circuito femenino

Madison Keys, la nueva sensación del circuito femenino / EFE

Neus Yerro

Madison Keys tenía cuatro años cuando sus ojos no podían apartar la vista del televisor. Jugaba Venus Williams y su vestido encandiló a la niña que en ese momento decidió que quería ser como ella y jugar al tenis. Tanto millones y programas invertidos por las federaciones y es tan fácil como que las figuras se vistan con colores y atuendos que capten la atención de los más pequeños...

Por primera vez ha vencido a su ídolo. Y por primera vez disputará las semifinales de un Grand Slam. Con sólo 19 años. Al otro lado de la red, otra Williams, Serena, con quien también comparte una singular historia: la venció, con apenas 14 añitos, en la World Team Tennis, una exhibición por equipos ideada por Billie Jean King. Se impuso Madison por 5-1. "Fueron, probablemente, los mejores cinco o seis juegos que había jugado nunca", rememora Keys, "y cuando acabé... ¡guau, acabo de ganar a Serena Williams!". Más difícil será su primer duelo en el circuito profesional, en la madrugada del jueves.

La tercera leyenda del tenis femenino estadounidense, Lindsay Davenport, se ha cruzado también en el camino de la tenista de Rock Island (Illinois). Es su entrenadora desde noviembre pasado y el cambio ha sido más que evidente. Madison ya había dado avisos de su potencial (atesora un gran servicio y una destacable derecha) pero le faltaba continuidad, mantenerse en los partidos del primer al último punto, no bajar la cabeza sino mantener siempre la fe en la victoria y también jugar con los tiempos de los partidos, con la variedad de golpes... en una palabra, no usar únicamente la potencia sino también la inteligencia en la pista.

Con la preparación mental por buen camino, lo único que puede traicionar a Madison es su cuerpo. Especialmente, el adductor izquierdo que la llevó a retirarse, entre lágrimas, en Wimbledon en 2014 y del que tuvo que ser atendida en su duelo de cuartos de final con Venus. "He entrado en pánico y sólo pensaba en que tenían que atenderme para que no me pasara lo de Wimbledon, cuando ignoré la molestia y acabé lesionándome y retirándome. No quería que volviera a pasar", ha explicado.