"IPIC, Cepsa... lo que quieran ellos"

El fútbol profesional casa cada vez menos con el romanticismo. Los clubs buscan ingresos sin distinguir las procedencias ni pararse a pensar si algunas decisiones pueden provocar cierto rechazo entre los aficionados más sentimentales.

Buscar patrocinadores para lucir su nombre en las camisetas parece ya obsoleto y ahora los grandes ingresos apuntan a la denominación de los estadios, que paulatinamente van incorporando el ‘apellido’ de grandes empresas a sus nombres habituales.

Uno de los próximos ‘bautizos’ tendrá como escenario el Estadio Santiago Bernabéu, que será profundamente remodelado. Las especulaciones están a la orden del día desde hace meses y recientemente se han visto corroboradas por una indiscreción del presidente madridista Florentino Pérez o, mejor dicho, por la habilidad de un cámara de Atresmedia.

El pasado martes, en el transcurso del acto de presentación del acuerdo entre el Real Madrid y la empresa Microsoft, una cámara captó una conversación entre Florentino Pérez y la consejera de Educación, Juventud y Deporte de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar. El presidente y la política mantienen una conversación subiendo las escaleras hacia el palco de honor del Santiago Bernabéu. En un momento dado, Lucía Figar pregunta una cuestión a Florentino, obviamente relacionada con el nombre del nuevo estadio madridista.

La respuesta del presidente es clarificadora: “Vamos a poner IPIC Bernabéu o Cepsa Bernabéu, lo que quieran ellos”. Ese ‘ellos’, es la empresa petrolífera estatal de Abu Dhabi, que financiará las obras de remodelación del Estadio. Según las primeras filtraciones, no cabe descartar que en una primera fase el recinto se llame Santiago Bernabéu Cepsa, mientras que cuando las obras estén finalizadas se opte por el nombre de IPIC Bernabéu.

La frase de Florentino “lo que quieran ellos” resulta muy esclarecedora del objetivo del presidente blanco y se resume en el lema ‘Todo por la pasta’. Quien paga manda y ni uno de los recintos más emblemáticos del fútbol resiste a la tentación de los petrodólares.