La pena máxima de Neymar es no ser Messi

Cavani y Neymar se pelearon en el campo

Cavani y Neymar se pelearon en el campo / AFP

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Neymar ha tardado en mostrar los celos que sentía por Messi lo que dura un lanzamiento de penalti. ¿Merece menos respeto como compañero Cavani que Messi? La respuesta lleva implícita una respuesta que descubre a un tipo clasista, obsesionado por la jerarquía y, sobre todo, a un mal compañero.

Neymar no rendía pleitesía a Messi por creer realmente que estaba compartiendo camiseta con el más grande, sino simple y llanamente porque no podía hacer otra cosa que hacerle la pelota para lograr la aprobación de jugar con él.

El talento de Neymar es solo comparable a su hipocresía. Es todo fachada, un jugador que, cuando decidió que jugaría en el Barça, inició su plan en forma de declaraciones edulcoradas para satisfacer a quien debía alzar su pulgar al aire para que pudiera concretarlo.

Neymar es de esos amigos con los que solo se puede salir de fiesta, pero a los que no puedes llamarle si se te lleva el coche la grúa. Neymar es él y su entorno. Nada más. Neymar es quien lograra que el PSG se deshaga de Cavani porque Cavani no juega para él, sino para sumar un millón de euros a su ficha, que es lo que dice su contrato si acaba máximo goleador del equipo. Neymar es una empresa que ha recibido una opa hostil de Cavani. Y que, gracias a ese gesto, no dejarle lanzar un penalti porque antes que tú estaba yo, ha descubierto todas sus miserias.

Neymar demostró ser tan poco generoso como Cristiano Ronaldo. Neymar nunca será como Messi porque le falta, además de fútbol, grandeza para ser un líder.