Neymar tendrá que decidir

De forma cíclica, Neymar y su entorno emiten mensajes de replantearse su relación con el Barça. Albert Masnou desveló ayer en primicia en SPORT que el jugador hoy se siente incómodo, y la noticia tuvo repercusión mundial. Es sabido que su vínculo con el club es claramente el más inestable del tridente y de todas las estrellas de la plantilla. El año pasado fue tentado por grandes clubs europeos y él ni siquiera puso ningún empeño en desmentirlo. Ahora, el PSG tiene la intención de volver muy seriamente a la carga, y cuesta descifrar si fue antes el huevo o la gallina, es decir, la incomodidad del jugador que genera una oferta, o la oferta que genera preocupación. En el trasfondo de la molestia de Neymar late siempre una inquietud, que tiene que ver con su rol en el equipo, y su voluntad de asumir el liderazgo.

Pero en el Barça hay un líder indiscutible, que es Messi, y lo que debe entender Neymar es que el nº 1 no se conquista por decreto sino por un compromiso demostrado día a día durante muchos años. El célebre partido de la remontada precisamente contra el PSG, el brasileño jugó su mejor partido como blaugrana hasta la fecha, se cargó el equipo a su espalda y demostró que de manera paulatina y natural puede tener un rol cada vez más preponderante. La duda es si Neymar está dispuesto a conquistar este papel principal de manera progresiva o tiene prisa por alcanzar la cima.

En sus cuatro primeras temporadas, Neymar ha demostrado la humildad y la inteligencia suficientes para entender que jugaba con el mejor jugador de la historia, y que era él el que debía adaptarse, y no al revés. El resultado ha sido una delantera de ensueño y un reguero de títulos. Pero debe ser consciente de que no caben atajos hacia el liderazgo, y que este se gana de manera lenta, natural y progresiva. Es el jugador quien debe decidir qué rol quiere jugar en los próximos años. Alguien debería advertirle de que fuera del Barça hay mucho dinero, cierto, pero hace mucho frío.