La Masia no se toca, se vende

Cadiach, con la camiseta de Iniesta, rodeado de los deportistas de La Masia

Cadiach, con la camiseta de Iniesta, rodeado de los deportistas de La Masia / FCB

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Munir y Montoya son productos de la cantera que hoy juegan en el Valencia. Al primero Luis Enrique le dio oportunidades, pero nunca continuidad. Al segundo le cogió manía, algo habitual en el asturiano (Aleix Vidal, Deulofeu o Bartra pasaron por lo mismo, como si la primera plantilla del Barça fuera propiedad de un mal maestro de escuela y no un vestuario de profesionales). Sus manías han costado dinero. O quizá sea al revés... 

La Masia se ha convertido en un negocio económico, no en fuente de futbolistas para la primera plantilla, que solo los usa para ponerlos en el mercado. Interesa más vender a Deulofeu, Bartra, Thiago Alcántara, Adama, Montoya o regalar a Sandro y Munir a cambio de no se sabe qué que apostar definitivamente por alguno de ellos. Es mucho más rentable obtener dinero fresco para cuadrar cuentas que dotar al primer equipo de esos mismos jugadores. El siguiente paso es darse “caprichos” como el de André Gomes para que el negocio del fútbol siga girando mientras agentes y otros personajes del circo aplauden. El mensaje es contundente para los cadetes del club: buscaros la vida eligiendo vuestro propio destino antes de que el club os venda al mejor postor. El primer equipo es el coto privado en el que representantes hacen y deshacen. La Masia no se toca a no ser que sea para venderla. Hoy solo es un bonito escaparate en el que proyectar valores envueltos de humo. Pura mercadotecnia.