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Gerard Piqué confesó su amor por el Barça en una televisión italiana

Gerard Piqué confesó su amor por el Barça en una televisión italiana / VALENTÍ ENRICH

Risto Mejide

Risto Mejide

Os veo distraídos. Aquí todos hablando de lo que colea la directiva anterior y lo que se nos está pasando es el futuro del club, que ya ha empezado a fraguarse. Lo que está en juego es la próxima plaza para la presidencia del FCB. Lo que está en juego son las próximas elecciones que da igual cuándo se produzcan, pues la campaña más larga de la historia del club ya ha comenzado.

La arrancó hace semanas el favorito de los medios, Gerard Piqué. Y desde entonces no ha parado de demostrarnos que, cuando se decida, no tendrá rival. Tanto es así, que ahí va mi predicción. El día que se presente, el cargo es suyo. Da igual los rivales que tenga. Da igual los argumentos que se esgriman. Da igual hasta el eslogan y los carteles que empapelen Barcelona. Ese cargo lleva su nombre y él lo sabe. El día que se presente no habrá mucho sobre lo que decidir, porque todo estará decidido. Y así se cumplirá otra de las máximas electorales, a saber: campaña larga, elecciones cortas. No brainer, que dirían los que votaron a Trump. Y así será por tres razones.

La primera es quizás la más evidente, porque es la que sí se ve. Su mejor campaña es su propia vida. Al igual que pasó con Obama, con Macron o si me apuras hasta con Trump. Cuando tu vida es el argumento, nadie puede ni podrá competir contra eso. Si tú y tu pasado representáis aquello que defiendes, ya tienes mucho ganado. Y nadie podrá quitarle jamás las gestas conseguidas, la épica de haber pertenecido a uno de los mejores Barça de la historia, por no decir el mejor. Nadie le quitará los títulos, los clásicos y lo más importante, el coraje, la valentía, los valores que ha defendido dentro y fuera del campo.

La segunda razón está en lo que no se ve, pero se nota, se intuye y se demuestra cada vez que el candidato abre la boca. Estoy hablando de su evidente inteligencia. Una inteligencia que, como todas, siempre es de doble filo. Mal usada puede actuar en su propia contra. La sensación de infalibilidad que te da un cociente superior a la media puede hacerte creer que tú no te puedes equivocar. Algo falso, complejo de desactivar y muy peligroso.

Y por último, su relación de amor odio con los medios. Piqué necesita a los medios igual que los medios necesitan a Piqué. Por eso les vacila, les mete el dedo en el ojo, e incluso juguetea con la idea de hacerles una competencia radicalmente desleal. Por eso sigue emprendiendo, sigue apoyando start-ups a la vez que continúa haciendo que suba el pan cada vez que habla por esa boquita. Porque de esa forma, podrá atraer el foco hacia donde le interesa cuando le interese. Yo no sé si Piqué acabará teniendo un medio. Lo que sí sé es que Piqué ya ES un medio por sí mismo. Millonario, mediático, insolente y emprendedor. Un William Randolph Hearst del siglo XXI.

Claro que, para que todo ello triunfe, hay un paso previo imprescindible. Que no se postule demasiado pronto. Que niegue sus intenciones hasta que no sea impepinable. Nada desgasta más que anunciar tu momento antes de que llegue tu momento. Mira Susana Díaz.