Un beso vale más que mil palabras

Danae Boronat

“No hay que darle tantas vueltas cuando un futbolista juega algún partido mal, hay que entenderlo como situaciones de juego”.

El Tata Martino intenta relativizar el debate entorno al rendimiento de las últimas semanas de Leo Messi, no obstante, la desconexión del jugador que es siempre –el último ejemplo reciente en el Bernabéu- el más determinante en los encuentros de mayor transcendencia provoca irremediablemente preguntas de difícil respuesta pero de lógica formulación. Que si es un problema físico o mental, que si es deliberado o involuntario, que si es futbolístico o actitudinal, etc.

Probablemente haya más de una causa que no ha ayudado a Messi a rendir al cien por cien cuando más se le necesitaba: el equipo no consigue que entre en juego; el miedo a lesionarse se instaló en su subconsciente en noviembre y cuanto más se acerca el Mundial más cauteloso se muestra para evitar lo que sería para él una catástrofe; y las dudas sobre cuán imprescindible le consideran los que gobiernan el club.

El beso de Messi al escudo en el Bernabéu era mucho más que un beso. Era la necesidad de reivindicar cuanto quiere al Barça y que se quiere quedar aquí. No tengo claro que la directiva captara el mensaje porque sabemos que hay voces discordantes en cuanto al futuro de Leo y eso se ha plasmado en la poca celeridad que está mostrando por ofrecerle la oferta de renovación que se merece.

La tarea para que siga ofreciendo el fútbol más increíble que se ha visto pasa por ser agradecido. Y sobre todo pasa por valorar todo lo que aporta al equipo su sola presencia, por intentar vislumbrar que hubiera ocurrido y que ocurriría si Messi no estuviera en este equipo, todo pasa por entender que el Barça es su casa y el fútbol su vida y que a diferencia de otros ídolos indiscutibles su profesionalidad está fuera de toda duda. Nadie puede asegurar que no haber renovado aún y que alguien le pueda preferir fuera del club (a cambio de mucho dinero) sea el principal motivo por el que no ha existido en las últimas citas a cara o cruz pero siempre nos quedará la duda.