Gerard López debe continuar

Gerard López, listo para la batalla final antes del ascenso

Gerard López, listo para la batalla final antes del ascenso / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

La cantera blaugrana consiguió ayer una doble inyección de autoestima con el esperado ascenso del Barça B y la victoria del Alevín contra el Madrid en la final del torneo Promises en NY organizada por la Liga y la Fundación José Ramon de la Morena. Los dos éxitos fueron televisados y sirvieron para que el club se reivindique en un momento de fuga de talentos y muchas críticas. El Barça B cumplió finalmente el objetivo que llevaba años persiguiendo y después de mucho tiempo volverá a competir en la superexigente Segunda A. El principal mérito del ascenso debe atribuirse a Gerard López, que ha conducido la nave hasta donde le habían exigido con el añadido de que ha sabido cuidar y motivar a sus jugadores y, además, construir un equipo compacto y muy unido. Los jugadores le han devuelto la confianza a su entrenador con una gran actitud y de paso han lanzado un mensaje inequívoco al club: Gerard debe continuar. Y a pesar de que el Barça no le ha demostrado siempre confianza y no ha disimulado que su decisión dependía del resultado final, ahora no tiene otra opción que seguir confiando en quien ha logrado el objetivo fijado y además cuidando talentos como Aleñá o Palencia, muy cercanos al técnico y claves en el ascenso. En cualquier caso la consecución del objetivo no puede hacer olvidar que el único objetivo del Barça es el de servir de plataforma de promoción de jugadores al primer equipo. En los últimos años el filial se ha llenado de jugadores importados, con la sola misión de ser un parche para tapar necesidades estrictamente circunstanciales y que a menudo han tapado la proyección de algunos talentos del juvenil.

Hay que felicitarse de que el Barça ya tenga equipo en Segunda A pero no hay que olvidar que Pedro y Busquets subieron al primer equipo procedentes de Tercera. Ahora que ya ha logrado el objetivo, el club tiene la oportunidad de oro de asentar el proyecto sobre el entrenador que lo ha trabajado y de dejar de pensar en términos cortoplacistas. Sería imperdonable que con la excusa de mantenerse en Segunda A se cometieran las mismas injusticias que se permitieron en nombre del ascenso. Si suben jugadores y se reconecta el eslabón perdido entre el filial y el primer equipo, a nadie le importará la categoría en la que esté el Barça B.