Sergio recupera la ilusión espanyolista

Proyecto de la casa. Lo peor que le podía pasar al Espanyol era la indeferencia y desafección de los últimos años. Proyectos erróneos, ambición nula y un cierto pasotismo de una afición que había comenzado a despoblar las gradas de Cornellà. Los blanquiazules eran un enfermo que iba muriendo poco a poco, con entrenadores veteranos fichados para lograr la salvación y un futuro pesimista. Pero este verano acertaron. El espanyolismo pedía a gritos savia nueva y se acertó plenamente dando las riendas del equipo a Sergio González. Con él volvió la ilusión, fabricó un equipo con cierta vocación ofensiva y está firmando una temporada que, esta noche, podría tener su broche de oro con la clasificación a la final de Copa.

Sergio era una apuesta segura. Conoce la casa desde pequeño, triunfó vistiendo la blanquiazul y tiene un carácter ganador. El equipo jugará mejor o peor, pero nadie le puede negar que siempre salen a por la victoria. Prueba de ello fue su atrevimiento de salir con dos puntas en el Camp Nou o en el Bernabéu, algo que ni se atrevió el Atlético de Simeone.

Para el Espanyol, esta semifinal ya es como un título. Se llenará el estadio y revivirán fiestas que ya quedan casi en el olvido. Pasarán o no, pero los blanquiazules han recuperado la autoestima tras una larga travesía en el desierto. El camino es Sergio, es un proyecto con futbolistas de la casa y atrevimiento. Solo así se podrá crecer.