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La victoria más dolorosa de Luis Enrique

Luis Enrique, en el Molinón

Luis Enrique, en el Molinón / sport

Lluís Mascaró

Luis Enrique quiere ganar siempre. Es lógico. Y más siendo el entrenador del Barça. Pero hay victorias que, a veces, tienen un regusto amargo. Como la de ayer. Porque Luis Enrique, por encima de todo, es asturiano. Y del Sporting. Y amigo íntimo de Abelardo. Y ganar en Gijón, aunque era obligatorio hacerlo, le dolió. Se le notó en la rueda de prensa posterior al partido. Sobre todo por el 0-5 que le endosó el equipo que le paga al equipo que lleva en el corazón. Por supuesto que Luis Enrique estaba feliz por el triunfo. Pero era una felicidad áspera, con connotaciones nostálgicas. Incluso con cierta dosis de tristeza. No nos engañemos: todos somos de un club. Solo de uno. Y de equipo no se cambia. Por mucho dinero que te paguen. El que es del Barça lo es hasta la muerte. Y el que es del Sporting, también. Luis Enrique hizo todo lo posible por ganar en El Molinón. Y lo consiguió. Aunque fuera con la goleada más dolorosa de su carrera como técnico.

BENDITA POLIVALENCIA. Una goleada que tuvo un actor principal llamado Sergi Roberto. El canterano hizo un partido efecto. Impecable en defensa y espectacular en ataque. Dio tres asistencias de gol y demostró que es el futbolista más en forma del Barça. Lo hizo genial de lateral derecho. Pero también podría jugar de interior con la misma solvencia. O como medio centro. La polivalencia de Sergi Roberto es, en este caso, una bendición para este jugador que ha tenido la paciencia suficiente para convencer a Luis Enrique de sus virtudes. Algo realmente complicado con el entrenador asturiano, que tardó un año y medio en creer en el canterano. Pero ahora es titular indiscutible y el mejor ejemplo para todos los jóvenes de La Masia. No es fácil triunfar en el Barça. Además de calidad, de mucha calidad, se necesita paciencia. Mucha paciencia. Y suerte. Mucha suerte. Y Sergi Roberto ha tenido de todo. En grandes cantidades.