La Última
La 'senyera' no es una provocación
Una gigantesca 'senyera' cubrirá el domingo el Camp Nou. El mosaico que se ha preparado para el clásico no es un mosaico cualquiera. En unos momentos cruciales para la historia de Catalunya, el Barça se ha posicionado. Sin miedo. Sin vergüenza. Con la determinación necesaria en un club que es mucho más que un club. Como lo hizo su presidente, Sandro Rosell, en la manifestación de la Diada. Engalanar el estadio con la bandera de la nación para el duelo futbolístico con el Madrid tiene, pues, un significado muy especial. Las 98.000 cartulinas que recibirán al equipo de Tito Vilanova no solo servirán para animar a los jugadores. Serán la representación, pacífica, festiva, de un sentimiento. La reivindicación de todo un país que persigue un objetivo común.
Pero que nadie se equivoque. Esa gigantesca 'senyera' no es ninguna provocación. Aunque los intransigentes de siempre, los que ni entienden ni quieren entender, hayan aprovechado la decisión del Barça (por cierto, el club lleva 20 años haciendo mosaicos de animación en el Camp Nou) para atacar, otra vez, a Catalunya. Con actitudes intolerantes que solo merecen el rechazo. Como el desafortunado 'tweet' de Pedro J. Ramírez, director de 'El Mundo': “(Sieg Heil!!) Mosaico a la catalana”. Para los que no lo sepan, el 'Sieg Heil!!' era el saludo nazi que se gritaba con el brazo en alto en los mítines de Adolf Hitler. Nada que ver con lo que pretende el Barça, por supuesto. Estos gestos intolerables, como los de Pedro J., son los que generan crispación.
El Barça no es un partido político. Ni pretende serlo. Por eso el Barça no hace política. El Barça no es de izquierdas ni de derechas. No es ni republicano ni monárquico. Pero el Barça es un club catalán. Y tiene que hacer país. No puede mostrarse neutral cuando se encuentran en juego los intereses de Catalunya. Cuando se cuestiona el derecho a decidir de una nación. Cuando se intenta coartar la libertad de expresión de un pueblo.
Además, ante la imposibilidad de tener selección propia, el Barça ha ejercido históricamente la representación deportiva de Catalunya. Que la 'senyera' sea, pues, una imagen que se asocie al club blaugrana resulta de lo más normal. Los que quieran ver en ello una manifestación partidista se equivocan. Es 'solo¿ una manifestación sentimental. Que es mucho, claro.
Mientras existan tertulianos casposos que sigan convencidos de que España es 'una, grande y libre', la polémica está asegurada. Una polémica que, afortunadamente, no traspasa las fronteras de Catalunya. Porque aquí todo el mundo, sea cual sea su procedencia, entiende lo que es y lo que significa Catalunya. Y el Barça. No existe en el planeta un club tan integrador como el blaugrana. Porque el Barça, afortunadamente, es de todos sus socios y aficionados. Catalanes, españoles, asiáticos, americanos o africanos. Y los representa, futbolísticamente, a todos. Aunque el Barça sea, por encima de todo, un club de Catalunya.
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