MI VERDAD

Las dos caras del Barça, la buena y la mala

Mañana en París hay un compromiso que se tiene que afrontar con sentido de la responsabilidad

Mañana en París hay un compromiso que se tiene que afrontar con sentido de la responsabilidad / sport

Josep Maria Casanovas

UN BARÇA BIPOLAR. Es curioso y a la vez preocupante lo que pasa en el Barça. Tiene dos caras diametralmente opuestas. Una buena y otra mala. Vive una situación deportiva inmejorable mientras que a nivel de gestión acumula demasiados problemas sin resolver. Dicho en otras palabras, la clasificación del equipo a día de hoy es brillante mientras que en el club hay nervios y preocupación en la directiva por el panorama electoral que se avecina. Si analizamos solo el tema deportivo, el diagnóstico no puede ser más positivo. Finalistas de la Copa del Rey, líderes en la Liga y clasificados para cuartos de final de la Champions. No se puede pedir más, el Barça opta al triplete. Esta situación contrasta con la problemática que sucede fuera del campo. La Abogacía del Estado pide en su acusación la misma pena carcelaria que reclamó la Fiscalía para Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu. La prohibición de no fichar por parte de la FIFA parece irreversible. Luis Enrique ignora a la nueva comisión deportiva dolido todavía por el cese abrupto de Zubi que, según él, le debilita. El directivo Jordi Mestre hace unas declaraciones fuera de lugar en Sevilla tras la polémica sustitución de Neymar que dejan al entrenador en entredicho. La renovación de Alves se convierte en un culebrón mientras que la continuidad de Xavi también está en el aire.

RECUPERAR EL PRESTIGIO. La lectura positiva que podemos hacer de esta situación es que todos estos problemas acumulados en Can Barça no han afectado al equipo ni desestabilizado al vestuario. Messi y compañía han conseguido aislarse, ir a lo suyo, mantener una línea de resultados que todos hubiésemos firmado a principio de temporada. Llegar a mediados de abril con posibilidad de conseguir tres títulos es un mérito indudable aunque no hay que olvidar que lo más difícil está por llegar. Por dicho motivo toca ahora centrarse en lo verdaderamente importante, ir partido a partido con la ilusión de recoger al final el premio al esfuerzo realizado. No es momento de pataletas ni de declaraciones impertinentes. Mañana en París hay un compromiso que se tiene que afrontar con sentido de la responsabilidad. Ha pasado tiempo desde que se levantó la última Champions, es hora de recuperar el prestigio internacional, de volver a situar al Barça como el club de la excelencia. Los éxitos deportivos es lo único que pueden hacer olvidar todo lo demás.