MI VERDAD

La imputación de Messi es un agravio que no merece

Leo es feliz en el campo marcando goles y sumando victorias, pero arrastra unos pleitos que le tienen amargado

Leo es feliz en el campo marcando goles y sumando victorias, pero arrastra unos pleitos que le tienen amargado / sport

Josep Maria Casanovas

IMPUTADOS. Ahora que Messi ha recuperado su mejor nivel de juego y se ha convertido en el máximo goleador de la Liga y la Champions, conviene recordar que su felicidad no es completa ya que se considera víctima de un trato discriminatorio en los tribunales de justicia. El jugador argentino no puede entender como después de haber legalizado su situación fiscal con Hacienda con el pago de 53 millones de euros en el último año, él y su padre sigan imputados. Esta situación le disgusta y le inquieta. Y más cuando ve que personajes como Josep Lluís Núñez o Isabel Pantoja han acabado en la cárcel por culpa de sus pleitos con Hacienda. El juez de Gavà que tramita la causa de Messi no ha querido aceptar el argumento de la defensa, que alegó que el futbolista siempre fue ajeno a la gestión económica y tributaria de sus ingresos. En consecuencia, el juez ha decidido en su último auto mantener la imputación rechazando la petición de la Fiscalía de archivar la acusación de fraude fiscal. Messi no se siente bien tratado fuera de los terrenos de juego. Todo lo contrario, se siente perseguido. Sabe que otros jugadores han arreglado sus problemas con Hacienda sin luz ni taquígrafos, pagando y archivando el caso. Por el contrario, Leo ha regularizado su situación convirtiéndose en el primer contribuyente del país y, así y todo, continúa imputado junto a su padre. 

MERECEN OTRO TRATO. Toda esta situación judicial que tanto extraña y le duele, es la única razón que ha llevado a Messi alguna vez a pensar si era mejor cambiar de aires, hacer las maletas. Le disgusta que después de pagar a Hacienda las actas complementarias que han puesto al día su situación fiscal, no le levanten la imputación. Le preocupa que su padre siga imputado cuando la familia ha demostrado la mejor voluntad para cerrar el caso. Ha cambiado de abogado para escapar de las suspicacias políticas ya que su entorno consideró que era mejor que no fuera el mismo letrado que defiende a Núñez y Pujol. En definitiva, Leo es feliz en el campo marcando goles y sumando victorias, pero arrastra unos pleitos que le tienen amargado. El club, en este sentido, tampoco le ha podido ayudar mucho ya que también está acusado de fraude fiscal por el caso Neymar. En definitiva, Messi y su familia, después de pagar lo que han pagado, no merecen ser tratados por la justicia como si fueran unos estafadores.