MI VERDAD

Entrenarse el día de fiesta, un gesto que honra a Messi

Leo Messi, en una foto de archivo

Leo Messi, en una foto de archivo / sport

Josep Mª Casanovas

POR TERCERA VEZ ESTE AÑO. Hay gestos reveladores. Comportamientos que merecen destacarse. Detalles que tienen importancia. Por tercera vez en lo que va de año, Messi ha ido a entrenarse de forma voluntaria en un día de fiesta. Una actitud que le honra. Una manera de demostrar su implicación profesional. Leo es perfectamente consciente de lo importante que es mantener la forma. Cuando era joven no valoraba los entrenamientos, ahora se da cuenta de que es la base de sus éxitos, la clave de su alto rendimiento. A los 28 años el argentino ha alcanzado una madurez excepcional, se ha dado cuenta de que sin trabajo no hay recompensa. Disfruta tanto con lo que hace que quiere alargar su trayectoria de éxitos al máximo. Ser padre le ha dado también una satisfacción que pronto confirmará con la llegada del segundo hijo. Es feliz a nivel familiar y vuelve a ser feliz en el campo. Las victorias le alegran la vida. No se conforma con cuatro Balones de Oro en la vitrina de su casa. Quiere seguir levantando Copas con el Barça. Por este camino va a dejar a Cristiano en evidencia. El portugués echó un pulso al Nº 1 en la gala de la FIFA y lo puede pagar caro. Desde aquel día se ha puesto las pilas y encadena partidos sensacionales que le han permitido recuperar el liderato del Pichichi. Hace un tiempo, si podía liberarse de un entrenamiento, quedarse en el gimnasio, lo hacía encantado. Ahora va a entrenarse incluso cuando no toca, es el cambio de la madurez.

ENCHUFADO A TOPE. Pensando en la dura semana que les espera, Manchester y Madrid, Luis Enrique consideró oportuno al regreso de Eibar dar día libre el lunes para que los jugadores pudieran cargar pilas. Messi volvió a romper la norma y esta vez le imitaron varios compañeros. Mascherano, Piqué, Alba y Ter Stegen también fueron a entrenarse por decisión personal. Todos quieren estar a tope en una semana clave que culminará con un clásico que puede ser histórico. El Barça cayó en el Bernabéu en la primera vuelta y ahora tiene la gran oportunidad de devolverle la moneda. Antes toca eliminar al City y plantarse en cuartos de final de la Champions. Con Messi enchufado a tope nada es imposible. Quiere jugar todos los partidos y también es el número uno en los entrenamientos. Un comportamiento que tiene un mérito indiscutible ya que no es normal que las estrellas sean las que más trabajen. El gesto de Messi de ir a entrenarse cuando no toca no es más que el reflejo de su ambición deportiva.