Mi verdad

Si Bartomeu hubiese imitado a Florentino, ya no estaría

Florentino Pérez, en un acto con unos niños

Florentino Pérez, en un acto con unos niños / sport

Josep Maria Casanovas

DOS ESTILOS DISTINTOS. La hoja de servicios de Florentino Pérez en los últimos tiempos es impropia de un presidente del Real Madrid. Si fuera el jefe de una multinacional le hubiesen echado por malo. Su gestión personalista y autoritaria ha sido un rosario de errores, fallos y decisiones equivocadas. El 2015 ha sido un año nefasto tanto en resultados deportivos –cero títulos– como a nivel de imagen. El prestigio del club ha caído en picado, los gritos de ¡dimisión, dimisión! han conmocionado al palco y tres entrenadores en ocho meses es la clara demostración de que se ha perdido el rumbo. Si Bartomeu hubiese cometido en el Barça los mismos errores que Florentino, probablemente ya no estaría en el cargo. Porque en el Camp Nou mandan los socios mientras que en el Bernabéu hay un presidente que parece que lo haya elegido Dios. Ahora hace un año, cuando las cosas pintaban mal en el Barça, Bartomeu tuvo la valentía de convocar elecciones… y ganarlas seis meses después. En el Madrid las urnas están escondidas. Florentino ha hecho unos estatutos a su medida para que no pueda haber otro candidato que él. El Barça pretende funcionar como una empresa; el Madrid es la finca particular de su presidente. 

MÁS ERRORES, IMPOSIBLE. La cronología de los errores de Florentino comienza con el cese de Ancelotti en contra de la opinión de los jugadores y aficionados después de haber ganado la Décima. La salida de Casillas por la puerta falsa para traer a De Gea fue un doble fallo que dejó la imagen del club tocada. Un fax que llegó 28 minutos tarde puso en evidencia que la estructura del club no funcionaba. El 0-4 del Barça fue el principio del fin de Benítez. Aquel día el Bernabéu se giró contra Florentino con pañolada y gritos de dimisión. La eliminación de la Copa por alineación indebida de Cheryshev fue otro error monumental que Florentino no supo encajar. El cese de Benítez antes de Navidad fue una maniobra para contentar al vestuario. La sanción de la FIFA es el enésimo traspié en los últimos meses. Solo faltaba que Football Leaks revelara el contrato de Bale, donde Florentino queda como un mentiroso ya que costó 101 millones, más que Cristiano. Más cagadas en menos tiempo, imposible. Queda por ver si el bombero Zidane conseguirá apagar el incendio.