Réquiem por la Liga

Esta Liga es una farsa mayúscula. Como que Pepe y Messi lleven las mismas tarjetas. El repugnante trato a favor del arbitraje hacia el Madrid ha sido la constante vital de un campeonato amañado. Ese siniestro colectivo y nadie más ha decidido la Liga. Su temor a Mourinho, a sus jugadores -como denunció el rayista Piti tras el atraco de Vallecas- y en definitiva su temor al poder de Florentino les descalifica como jueces. Pitar en primera es un privilegio al alcance de pocos, con sueldos de estrella, que ninguno de ellos está dispuesto a dilapidar por mor de la justicia.

Mejor atracar por ahí y seguir chupando del bote. Como anoche, ese sinvergüenza madrileño llamado Velasco. Total, en el actual contexto robar al Barça sale gratis. Nadie del club se queja y tragan con todo, pues más fácil todavía. Porque esa es otra. La imagen de extrema debilidad. Desde Madrid no han cesado de golpear, pisotear, agredir, insultar, menospreciar o acusar falsamente sin recibir respuesta directiva alguna. Sólo silencio. Una manera muy peculiar de defender los propios intereses. O tal vez sea precisamente por eso. Porque hay intereses propios.

Es muy indigesto para un barcelonista confirmar la camaradería que existe entre Rosell y Florentino. Sobre todo cuando nadie alza la voz ante los ataques, sean arbitrajes teledirigidos, acusaciones de doping, pisotones sin castigo, burlas al sentido común como las sentencias de Flórez, o lo que sea. Rosell no da el paso. Le incomoda. Pero el barcelonismo está cabreado y no quiere seguir poniendo la otra mejilla. Mire, ahí va una idea para una protesta visual. Podría, por ejemplo, decidir que el Barça vista de luto riguroso en lo que queda de Liga, aprovechando esa segunda equipación tan gótica. Visibilizando el réquiem por una Liga muerta, saqueada sin escrúpulos por los de siempre. Y todo eso sin que el presidente tuviera que variar el modo silencio.