Entorno azulgrana, anestesia blanca

¡Pues qué bien! Es muy grave lo que ha pasado con De Gea, muchísimo. Imperdonable por lo que supone de incompetencia y desidia. Son muchos millones en juego, muchos millones los que ganan, sí, sí, también los directores generales, ejecutivos, servicios jurídicos y demás gestores a las órdenes de Florentino como para que no pase nada. Y lo más grande es que parece que no va a pasar, que aquí todos se irán de rositas, que con una notita echándole la culpa al Manchester United y un par de entrevistas al presidente se dará carpetazo al ridículo más grande de la historia del club. El mundo se ríe del Madrid pero en el Madrid nadie asume responsabilidades. ¡Pues qué bien!

Y a todo eso, la afición calla. Y la oposición, ustedes me dirán qué oposición, claro, se esconde. Sí, tienen ustedes razón, no se puede hablar de oposición en el Madrid. Hay algunos grupos, o ni siquiera eso, algunos elementos que dan la nota el día de la Asamblea y se acabó. Todos saben que no se puede plantar cara al poder, todos tienen miedo al poder.

Miren, si esto sucede en el Barça la presión del socio hubiese sido tremenda. Se hablaría nuevamente de elecciones, y al final Bartomeu tendría que haber cesado a alguien, como ocurrió con Zubizarreta la noche de Reyes. Zubizarreta, por cierto, víctima de fichajes que ahora, miren por donde, van funcionando. ¿Qué hubiera sido de él si se le para el reloj con Suárez o Neymar? Pues eso...

Miren, al entorno azulgrana se le acusa a menudo de exceso de visceralidad, de no dejar trabajar, de poner presión, pero prefiero esta inquietud activa, permanente y vigilante a la anestesia social que envuelve al Madrid. Ya saben, es más fácil de engañar al que se duerme. Y luego están los que se duermen porque nadie vigila que no se duerman. Estos son los que llegan tarde a todas partes. También a los fichajes.