Nunca han bajado de categoría

El Camprodón, sólido como una roca

El Camprodón se federó en 1973 y desde entonces no ha vivido nunca la decepción de un descenso. Este año, una vez más, la permanencia está garantizada

Ramón Filella

 La Unió Esportiva Camprodón ha vuelto a certificar esta temporada que es uno de los clubs más sólidos de Catalunya. Los rojiazules, después de derrotar este domingo al Ripoll en el derby de la Vall por un solvente 4-2 (2-1 en el descanso), han asegurado, un año más, la permanencia matemática en Segunda Catalana y continúan sin conocer el significado de la palabra descenso en su dilatada historia.

El Camprodón se federó en el año 1973 y, desde entonces, no ha bajado nunca de categoría. Entre 1973 y 1999 militó en Tercera Regional. El año 2000 subió a Segunda Regional, donde sólo estuvo una campaña. Finalmente, en el año 2001 ascendió a Primera Regional (Segunda Catalana actualmente), categoría en la que ha jugado durante las últimas doce temporadas de forma ininterrumpida. Se trata, sin duda, de unos números brillantes que, por ahora, parecen no tener freno.

El presidente de la entidad, Joan Busquets, se muestra muy orgulloso de los logros de su equipo. Busquets explica que “cuando subimos en el año 2001 mucha gente decía que no íbamos a aguantar y que bajaríamos a las primeras de cambio. Han pasado 12 años y aquí seguimos. Es un éxito porque no lo hemos tenido nada fácil”. Tras el partido del domingo ante el Ripoll, la satisfación del mandatario, además, era extrema por haber ganado al rival vecinal y asegurar, otra vez, esa casi eterna permanencia.

Muchos sufrimientos

Las campañas en Segunda Catalana han sido dispares. Desde disputar una promoción para subir a Primera contra el Avià en el año 2010 (0-3 y 1-2 en los dos partidos) hasta sufrir lo indecible para salvarse. Jordi Martí, miembro de la directiva rojiazul, recueda, sobre todo, la liga de la reestructuración en la que el Camprodón salvó los muebles del descenso en la última jornada. “Ese año sí que lo pasamos realmente mal”, recuerda Martí.

El hecho de no haber descendido nunca de categoría se ha convertido en un signo de identidad para el Camprodón. Esta estadística, sin embargo, no quita el sueño a nadie. El entrenador desde hace nueve años, Manel Puigvert, indica que “nunca hemos iniciado la liga pensando en ello. Nuestro trabajo se centra en el trabajar cada semana”. Puigvert, por cierto, es una auténtica referencia en el club.

Más allá de las cuestiones deportivas, el Camprodón no es una excepción en la situación general de crisis y cada año es un poco más difícil encontrar recursos para mantener a flote la entidad tanto en el municipio como en el conjunto de la comarca del Ripollès. En este sentido, el presidente Busquets admite que “hace unos años todo era más fácil. Ahora tenemos que arrimar mucho el hombro para poder cuadrar el presupuesto. Sin ir más lejos, hace tres temporadas que no tenemos sponsor principal en la camiseta y eso es un inconveniente grave”.

Las dificultades, no obstante, han quedado en el cajón, como mínimo este fin de semana. La alegría entre los jugadores, la directiva y la afición tras la clara victoria ante el Ripoll era absoluta al finalizar el encuentro del domingo en el pequeño campo municipal situado en medio del paisaje pirenaico. El próximo reto de la UE Camprodón será añadir un año más a los 40 que lleva sin conocer el agrio sabor del descenso. Todo un récord.