Los deberes de verano de la escudería Mercedes

El Mundial de Fórmula 1 cierra por vacaciones hasta el próximo 24 de agosto y no hay escudería a la que no se le acumulen los deberes de verano. Ferrari, Red Bull, Williams... y hasta Mercedes. Liderar con mano de hierro la clasificación de pilotos y constructores no exime a las 'Balas de plata' de replantearse una segunda parte de la temporada que se presenta 'calentita' tras lo visto en Hungaroring este domingo.

La asignatura pendiente de la escudería alemana no es ganar unos cuantos kilómetros de velocidad punta. Tampoco mayor fiabilidad, pese a los problemas de las últimas semanas. La asignatura pendiente del equipo que dirige Toto Wolff no es otra que las órdenes de equipo si no quieren que la guerra entre Lewis Hamilton y Nico Rosberg se les escape de las manos. 

Al inicio de temporada se acordó entre todas las partes implicadas que tanto el inglés como el alemán tendrían total libertad para correr siempre y cuando no hubiera por medio otras prioridades del equipo. Una letra pequeña lógica si uno de ellos era candidato al título, pero papel mojado si el cetro mundial se dirime entre ellos. De ahí que Lewis Hamilton hiciera caso omiso a las órdenes que en Hungaroring le pedían que dejara pasar a su compañero Rosberg. 

De haberlo hecho, el inglés habría perdido la posición con su compañero y líder del Mundial. "Al escuchar la radio pensaba: "Estoy en la carrera y con opciones, no entiendo porque debería dejarle pasar", comentó el propio Hamilton que trató de disimular su enfado asegurando que "estoy seguro que el equipo lo hizo por razones justas". Y esas no fueron otras que el 'pánico' a no ganar la carrera.

"Debemos discutirlo internamente", apuntó por su parte un decepcionado Nico Rosberg que ya se quejó de la desobediencia del hasta hace poco amigo Hamilton por radio. En ese momento, Wolff y el resto del staff técnico de Mercedes asumieron que tenían un buen problema. "Necesitamos analizar cómo terminar esta situación y necesitamos discutir las carreras entre ellos", comentó el propio Wolff tras un gran premio en el que justificó la decisión de Hamilton. "Dejas pasar a tu compañero y si acaba ganando has perdido ocho o diez puntos más y eso puede arruinar tu campeonato". 

Aun así, Wolff también trató de razonar la polémica órden de equipo al confesar que "fue muy difícil juzgar que era lo correcto o lo incorrecto en ese momento de la carrera". Wolff no descartó una reunión estival en la que trata de establecer unos mínimos con Hamilton y Rosberg y asumió que no esperaban encontrarse en una situación así a mitad de temporada. "Todos estamos aprendiendo de esta situación y ahora se trata de evolucionar y crecer haciéndolo mejor la próxima vez".

Falta por saber, no obstante, que significará ese "hacerlo mejor la próxima vez" para la escudería Mercedes. "La llamada por radio vino provocada por el pánico de perder la carrera y querer evitarlo. Fue totalmente inecesaria y Lewis hizo bien", puntualizó un Niki Lauda, presidente no ejecutivo de Mercedes, claramente posicionado a favor del británico en una guerra que difícilmente podrá evitarse desde el muro.