Un tenso y largo viaje de regreso para el Espanyol

El viaje de regreso de la expedición blanquiazul a Barcelona, tras el varapalo sufrido en el estadio Gran Canaria de Las Palmas, evidenció la preocupación del equipo por las consecuencias de la goleada encajada ante el conjunto canario y que pone todavía en cuestión la permanencia del Espanyol en Primera que sigue sin estar asegurada.

El espeso silencio entre los viajeros y las caras largas fueron una constante de un largo viaje que se inició a las siete de la mañana de este sábado, hora insular y que, después de tres horas y media de recorrido, llegó a su destino a las 11'30 horas de la mañana, hora peninsular. Una vez en Barcelona, la expedición tomó rumbo a la ciudad deportiva de Sant Adrià, donde el grueso de la plantilla se entrenó.

Los efectos del nuevo brote de gastoenteritris que afecta a buena parte de quienes formaron la expedición a Las Palmas, cinco futbolistas del primer equipo y otros cinco entre miembros auxiliares de la misma, fue otra de las incidencias del trayecto, aunque es de justicia decir que no se produjeron situaciones apuradas, en este sentido. Aunque una vez en Barcelona, todos los afectados marcharon a sus domicilios directamente para iniciar el tratamiento médico oportuno.

Tal vez llamó mucho más la atención la conversación privada que mantuvieron uno de los capitanes del equipo, Javi López, con el consejero delegado del club, Ramón Robert y el consejero Mao Ye Wu. Una entrevista que duró más de tres cuartos de hora y en la que se pudo comprobar muy serios a los interlocutores en todo momento, sin que hasta el momento haya trascendido el trasfondo de la misma.