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Gracias Barça, por agasajar a nuestros maestros

Bartomeu habló ante la prensa con motivo de las fiestas navideñas

Bartomeu habló ante la prensa con motivo de las fiestas navideñas / sport

Emilio Pérez de Rozas

Es posible, no me fijé, que faltase mucha gente. No importa. Perdón, no me importa. Yo no voy por los que no están, voy por los que están. No creo, aunque sé que se hace, y mucho, que una copa de Navidad, una invitación navideña, un encuentro propiciado, por quien sea, no importa que esta vez, como otras muchas, fuese el Barça, sea el momento de demostrar tu cabreo, tu enfrentamiento o las desavenencias que tenemos, tienen o mantienen muchos en esta profesión, en este fútbol, en este espectáculo, que, a menudo, y no solo los ultras violentos, convertimos en un campo de batalla absurdo.

Yo voy porque no hay nada mejor en esta vida que rozarse, que abrazarse, incluso con aquellos que, a lo largo de los 365 días precedentes, has tenido tus más y tus menos. El abrazo es cortesía y felicitar las Fiestas, educación. Luego, todo puede seguir igual, pero todos nos hemos comportado con urbanidad, que es la asignatura que decía papá que jamás debió de desaparecer de los colegios.

Y lo voy a decir. Yo voy a la copa del Barça de Navidad para ver disfrutar a veteranos como mi tío Kike, como los hermanos Horacio y Rafa Seguí o como el maravilloso Josep Maria Ducamp, cuyos dictados e historias, todas ciertas y únicas, me han permitido crecer y me recuerdan las que me cuenta mi amigo Ricardo Pastor, el 'Pitoniso Pito'.

Ellos, muy agradecidos, se pasan la fiesta, la charla, el encuentro agradeciendo que los hayan invitado y el Barça, los ve tan felices (tan felices como estoy yo cuando los rozo) que, incluso, va invitándoles, de uno en uno, a que vayan a ver los partidos al palco, pisen el césped y visiten, si quieren las instalaciones. Algunos de ellos, como Kike y los hermanos Seguí, han amamantado a decenas y decenas de ídolos culés. Es seguro que ni Kubala ni Czibor ni Luisito Suárez otros hubiesen sido lo que fueron sin estos cómplices del día….y de la noche barcelonesa, sí. Es hermoso que el Barça se acuerde de nuestros maestros. De la vida y de la profesión, porque ellos también contribuyeron a hacer grande, inmenso, al club.